Hero Image

UDD en la Prensa

¿Dónde queda mi metro cuadrado en los campamentos de las ciudades?

 Valentina Galleguillos
Valentina Galleguillos Coordinadora de Admisión

Hoy en Chile, la irregularidades que entrega un territorio donde están emplazados los campamentos habitados por familias en condiciones de vulnerabilidad social, además de tener carencia de al menos uno de los tres servicios esenciales como es sistema de alcantarillado, agua potable o electricidad hacen que las dificultades sean aun mayores en este tiempo de pandemia mundial. El solo lavarse las manos cada cierto tiempo puede tomarse como un gran desafío. Como también si pensamos el ¿cómo será seguir las clases online cuando definitivamente no hay conexión a internet?, menos el teletrabajo. Y por último las grandes dificultades que deben existir al cuidar a los adultos mayores ahora a puertas del invierno con tormentas y temporales de lluvia y viento sin las condiciones térmicas mínimas para poder sobrevivir. Sumándoles también la crisis  económica que golpea al país sobre todo a estas familias que se encuentran viviendo en estas zonas vulnerables del país.

La escasez de agua, el hacinamiento y la ola de despidos impactan a las diferentes comunidades…, pero ¿qué pasa cuando viven varias familias en un mismo techo?

Cuando por todas partes dicen que se guarden en sus respectivas viviendas, pero el hacinamiento es tal que no es posible respetar el m2 por persona y guardar distancia espacial al Covid-19. Por lo tanto en estos campamentos al existir más concentración de personas, existe más contacto, por lo tanto un contagio mucho más probable:

Se sabe que en los últimos años la construcción de viviendas sociales han ido mejorando y aumentando sus metros cuadrados, antes por los años 80 y 90, las viviendas no median más de 25 a 36 metros2, en cambio ahora su estándar  es de alrededor de los 44 a 55 mts2., también hay que destacar algunos prototipos de viviendas sociales ampliables como lo son de la oficina Elemental, que se adaptan un poco más a las necesidades de cada familia, pero este tipo de vivienda sigue siendo desplazada a las periferias de las ciudades donde el valor del suelo es más económico. El problema es que los niveles de humedad de este tipo de viviendas, mucho menos la capacidad de ventilación no se toman en cuenta, y en una pandemia como la que estamos viviendo, pone en jaque la rapidez con la cual se contagian los que habitan en ella.

Con ello podemos concluir que este virus nos ha hecho analizarnos como profesionales y realizar análisis para poder   mejorar y cerciorar estándares que estaban establecidos para viviendas mínimas, ya mismo tiempo nos hace pensar que si hoy la planificación urbana es parte del problema en una ciudad, también podemos tener esa mirada positiva donde ella pueda ser parte de la futura solución.