Diversidad Cultural
“¿Para qué eres bueno?”. Esa fue la primera pregunta que me hicieron cuando estuve buscando un trabajo en EEUU durante el verano del master que hice. Traté de explicarle el programa en que estaba, los cursos que estaba haciendo y el título que obtendría, y como todo esto hacía perfecto calce entre mi perfil profesional y el tipo de empresa. Nada pareció impresionarle y obviamente no obtuve el puesto.
Me costó, pero al final me di cuenta de que lo que se valoraba no eran los títulos o el nombre del programa, sino lo que era capaz de hacer; las ideas que podía aportar, cómo enfrentaba los problemas y el aporte que podía ser al equipo. Que yo tuviera el mismo título que los demás no sumaba a mi postulación. De hecho, me jugaba en contra. Si no podía aportar con ideas diferentes o distintas, entonces sobraba en la sala. Si no sabía luchar o pelear por mis ideas, no servía. Incluso debía ser capaz de cuestionar o estar dispuesto a confrontar al jefe si alguna idea no era la indicada. Es en esos momentos cuando la diversidad genera valor. Cuando esta diversidad provoca “roce creativo” es cuando somos capaces de cuestionar las verdades aprendidas o memorizadas y buscar nuevos sentidos a las preguntas. Es cierto, esto es algo complejo y que tiene costos. Costos que muy probablemente Genevieve Bell (Ph.D. en antropología cultural) tuvo que enfrentar cuando empezó a trabajar en Intel rodeada de ingenieros y programadores. Hoy ella es parte fundamental de la compañía revelando las nuevas tendencias sobre los usos que la gente les da a los computadores. Fue su capacidad de aportar algo totalmente distinto lo que la hizo fundamental en la compañía.
Hoy su participación en el diseño de chips es tan importante como la de los ingenieros. ¿Entendemos la diversidad como una fuente de creatividad? ¿Cuánta diversidad estamos dispuestos a enfrentar en nuestras compañías? Debemos entender que encerrar a gente similar en una sala sólo nos dará soluciones lineales, y que la innovación disruptiva se produce cuando tenemos un grupo diverso trabajando en un problema. Son éstas, junto con otras, las preguntas que el ranking de culturas creativas de la UDD y MMC Consultores busca descifrar para determinar el nivel de creatividad en las empresas nacionales.