Diseño e innovación
Nadie discute hoy que Chile ha avanzado mucho en los últimos 30 años y que enfrentamos el gran desafío de dar un salto cualitativo que nos permita entrar al mundo desarrollado. Para ello deberemos abocarnos a la búsqueda de nuevas perspectivas de cómo hacer las cosas. De nuevas formas de enfocar nuestros negocios. De nuevos productos. De nuevos procesos. Por ello, en un entorno cada vez más complejo, donde la competencia para los países y las empresas se hace cada vez más difícil, resulta evidente que quien emprenda apalancándose en la innovación y la creatividad, podrá concebir nuevos proyectos que sean atractivos para sus clientes y usuarios, aumentando el bienestar de la comunidad, lo que finalmente determina el desarrollo de una nación.
Hace ya años que en la Universidad del Desarrollo decidimos abrazar con decisión la idea de crear un ecosistema de innovación, que nos permitiera incentivar el espíritu de nuestra comunidad universitaria en la búsqueda de nuevas y mejores formas de hacer las cosas.
Y es que el diseño, al centrarse en el cliente, el usuario y sus necesidades, puede ser un elemento relevante para competir en mercados diversos, ya que es una disciplina capaz de transformar realidades. Así es como cada vez se hace más frecuente constatar que diversas instituciones, personas, empresas y entidades gubernamentales lo visualizan como una importante herramienta para generar cambios y mejorar procesos a través de un enfoque multidisciplinario orientado a la innovación.
En este contexto, hace poco más de una semana la Facultad de Diseño de la UDD realizó el lanzamiento de la revista «Base, Diseño e Innovación», una publicación académica que pone de relevancia al diseño como factor destacado en la generación de innovación y cuya propuesta radica en entregar contenidos y dar relevancia a quienes han establecido a esta disciplina como una herramienta transformadora, clave para el emprendimiento y el desarrollo.
A través de esta publicación, nuestra Facultad contribuirá una vez más a resaltar el rol del diseño en Chile, por la vía de acercar más la actividad académica y la empresa, que es una característica de nuestra universidad y que permite darle un sello distintivo a nuestros egresados. También tengo la esperanza de que a través de esta iniciativa podamos aportar a la discusión que conduzca a nuevas políticas públicas de fomento a la innovación.
Confío en que el diálogo del diseño con las demás disciplinas, y su incorporación a las actividades productivas puede ser un aporte significativo al gran desafío que nuestro país deberá enfrentar durante la próxima década.