Descentralización total en educación
Pareciera que vamos para atrás en educación. En los años 80 se inició un proceso de descentralización escolar para responder a las características particulares de cada comunidad y mejorar la calidad de la educación. En este contexto, durante la década de 1990 se realizaron varias modificaciones al sistema electoral municipal con el propósito de constituir un gobierno local representativo de la heterogeneidad comunal.
Por su parte, en 2014 la Presidenta Bachelet envía el proyecto de reforma constitucional que establece intendentes electos y nuevos gobiernos metropolitanos para tres áreas del país: Concepción, Valparaíso y Santiago. Este último punto es muy relevante, ya que el gran desafío de todas las políticas de descentralización está en que sus autoridades electas cuenten con los recursos y las atribuciones necesarias para lograr los objetivos propuestos.
En educación, el proceso de municipalización fue una política visionaria y arriesgada, pero que estaba en el camino correcto. Hoy el mejor sistema educativo del mundo, Finlandia, basa su éxito en la alta autonomía que entregó a los municipios en el ámbito curricular y financiero; a su vez, los municipios entregaron más poder en la toma de decisiones a los centros escolares. En Finlandia solo el 2% de las decisiones las toma el Estado; en Inglaterra, el 4%; en Corea del Sur, el 7%, y en Japón, el 13%.
La clave del éxito es lograr una descentralización total, interviniendo en la calidad, mejorando los sueldos de los profesores, aumentando las capacitaciones pedagógicas, entre otras variables. Y, al mismo tiempo, más recursos y atribuciones a los alcaldes para contratar desvincular y negociar los salarios docentes.