Desafíos y estrategias para el inicio académico
El inicio del año escolar siempre conlleva desafíos para familias, centros educativos y, especialmente, para los estudiantes. Este período, aunque lleno de ilusiones, puede generar ansiedad, sobre todo para aquellos que enfrentan una nueva etapa o tuvieron complicaciones previas.
Para asegurar un inicio exitoso es esencial que las familias y el sistema escolar consideren las necesidades de cada niño, facilitando una adaptación fluida, agradable y segura. El diseño escolar debe contemplar la etapa de desarrollo de los estudiantes. En el caso de los párvulos, el inicio de la vida escolar no debe interpretarse como sobre escolarización. Los niños como tal aprenden y se desarrollan jugando, explorando, compartiendo, haciéndose preguntas y expresándose de múltiples maneras. Para niños mayores, la socialización, proceso importante en su desarrollo, debe ser considerado desde un aprendizaje colaborativo, lúdico y desafiante que potencie su motivación escolar.
Pese a los desafíos, el inicio de clases puede ser un período agradable y fuente de entusiasmo. La vida escolar no debería ser una carga, sino una instancia de motivación por aprender, que impacte positivamente en el desarrollo socioemocional de cada estudiante. Para ello, se recomiendan algunas estrategias claves para:
Las instituciones educativas
-Ofrecer un espacio abierto y voluntario de reconocimiento de sala y profesores previo a la entrada oficial, ayudará a reducir la ansiedad de niños que lo requieran.
-Considerar un tiempo de adaptación, involucrando ajustes curriculares y de jornada, para permitir una integración progresiva a la nueva rutina.
-Proponer dinámicas de clases más allá de la normalización. Si bien es un proceso necesario de consolidar en el comienzo, se debe considerar una transición gradual, integrando rutinas de mayor juego e interacción, donde los niños tengan oportunidades de conversar con sus pares y expresarse desde diferentes dimensiones.
-Generar un trabajo colaborativo con las familias desde el inicio, que involucre una comunicación abierta y fluida para acompañar de manera efectiva a cada estudiante.
Las familias
-Anticipar a los niños a la rutina escolar que comenzará, transmitiéndoles tranquilidad y confianza en la institución educativa y en los profesores, traspasando expectativas positivas del nuevo periodo, y motivarlos sobre actividades y aprendizajes que podrán desarrollar.
-Ajustar el horario y rutina diaria al menos una semana antes, de manera de asegurar las horas necesarias de sueño con un despertar más temprano sin problemas.
-Retomar el contacto con la vida escolar de manera amigable y gradual, haciendo partícipe a los niños de la preparación para el inicio de clases. Por ejemplo, que escojan y preparen su mochila, marquen con algo distintivo sus útiles u organicen un espacio de estudio en casa.
-Fijar metas comunes y abordables para el nuevo año, sin centrarlas exclusivamente en el rendimiento académico, si no que valorar los avances en ámbitos deportivos, artísticos, sociales, emocionales y focalizarse en sus esfuerzos y procesos para alcanzarlos.
-Asegurar que los niños no falten a clases las primeras semanas, ya que es un momento de adaptación clave en que requieren consolidar vínculos y ritmos.
-Fomentar la comunicación diaria con los niños sobre sus vivencias escolares, conversar sobre sus sensaciones y primeras impresiones respecto a profesores, compañeros y asignaturas. Es importante escuchar y validar sus emociones y que exista un espacio de confianza y empatía.
-Tomarse un tiempo mayor en sus inicios para ir a dejar o a buscar a sus hijos, acompañando el periodo de adaptación.
En definitiva, el año académico conlleva desafíos nacionales en nivelar los aprendizajes, asegurar un acceso equitativo y de calidad a la educación, propiciar entornos seguros y que los estudiantes logren altos niveles de desarrollo de competencias. Sin embargo, el foco en este periodo de retorno debe estar en la motivación de los niños en sus primeros días escolares y en acompañar sus emociones para asegurar un retorno a clases exitoso y motivador.
María Luisa Salazar, directora de Formación Práctica, Facultad de Educación UDD y Alejandra Cáceres, coordinadora de prácticas Pedagogía en Educación de Párvulos UDD.