Desafíos educacionales
Asumió el nuevo gobierno de la Presidenta Michelle Bachelet y existe una gran expectativa respecto del cumplimiento de su programa, particularmente en lo que tiene relación con la reforma a la educación. Éste es uno de los grandes desafíos propuestos, que deberá verse dentro de los primeros 100 días de su administración y que pretende, entre otros aspectos, una educación con igualdad de oportunidades para todos los chilenos y de calidad. Dentro de esta Gran Reforma Educacional, como se la ha llamado, se propone reposicionar la educación pública, punto que muchos han tomado como una necesidad de darle un mayor apoyo a las universidades estatales.
En este contexto, cualquier política pública que se implemente en el sistema universitario chileno debería considerar la forma de preservar las universidades privadas existentes porque no se puede desconocer el enorme aporte que ellas han hecho y hacen a la educación superior nacional y a la sociedad chilena, desde que se dictara la ley que permitió su creación, hace ya más de 30 años.
Sin que el Estado haya desembolsado recursos en estas tres décadas, el actual sistema consiguió ampliar la cobertura a más de un millón de estudiantes. En el caso de las 8 universidades que estamos adscritas al proceso de selección del Consejo de Rectores, recibimos a un porcentaje muy significativo de los alumnos de la educación universitaria chilena. Asimismo, se han alcanzado grados de inclusividad bastante altos.
Por ejemplo, en el caso de la Universidad del Desarrollo, casi el 60% de los alumnos que ingresan a nuestra sede de Concepción proviene de colegios municipales y subvencionados. Además, el 65% de nuestros alumnos de esta sede recibe algún tipo de beca financiada por la Universidad, dado que buscamos a los mejores alumnos, sin importar el colegio en el que hayan estudiado.
Si bien nuestro sistema universitario no es perfecto y hay muchos aspectos que mejorar, el principal desafío por el cual se debiera comenzar es la calidad de la educación tema que no ha sido enfrentado como corresponde. La principal fuente de desigualdad educacional se genera en la base. Para quienes no tienen acceso a una educación de calidad en enseñanza básica y media, resulta muy difícil ingresar a niveles de educación superior. Por esto, el nuevo ministro de Educación debe enfocarse a lo más urgente, la educación prebásica, básica, media y técnica.
La Presidenta Bachelet tiene una gran experiencia y el que haya nombrado en Educación a la persona más fuerte dentro de su gabinete, nos hace pensar que va por buen camino para avanzar en mejorar el sistema educacional chileno, con metas que serán factibles y no locuras exigidas por grupos de interés.