Delincuencia
El miércoles pasado los habitantes de diversas comunas de Santiago organizaron un «cacerolazo» por la delincuencia a través de redes sociales, bajo la consigna #QueremosVivirEnPaz. Acciones como ésta, demuestran en los hechos que el temor a ser víctima de delitos ha crecido más allá de las estadísticas. Es digno de análisis por dos razones: La primera, comprobar una vez más, la fuerza de una ciudadanía que es capaz de organizarse e interpelar a la autoridad respecto a sus preocupaciones y prioridades, utilizando diversas redes sociales, que han cambiado las formas de comunicación, empoderando a las personas y a los grupos intermedios de la sociedad.
La segunda, que se debe poner nuevamente este tema en el centro del debate, no sólo porque es prioridad en todos los sondeos de opinión, sino porque afecta el quehacer cotidiano de millones de familias que viven encerradas, por miedo a ser víctimas de un delito o superando la traumática experiencia de haber vivido uno.
La Encuesta Nacional de Seguridad Ciudadana 2014 lo corrobora. Si bien muestra una estabilización de la victimización en torno a 25%, un 80% considera que la delincuencia aumenta en el país. Es importante, desde el punto de vista de la autoridad, hacerse cargo de las percepciones. Se debe generar una agenda de políticas públicas que ponga énfasis en una mirada mucho más amplia al abordar esta materia. Por ejemplo es urgente la creación de un nuevo servicio de responsabilidad adolescente, especializado en justicia juvenil, que cree e implemente programas serios y efectivos en prevención. Se debe considerar también la creación de planes de desarrollo urbano que contemple el diseño de ciudades más inclusivas, con espacios públicos más amigables, para incentivar la vida sana y el deporte en las nuevas generaciones. Y, por supuesto, debe haber una mejor coordinación entre todos los organismos involucrados.
Adicionalmente, son nuevamente los más pobres los que pagan el costo más alto de la delincuencia, concentrando el mayor porcentaje de robos con fuerza en la vivienda. Estos hechos aumentan su vulnerabilidad, ya que se trata de personas con menos capacidad de protegerse y reaccionar frente al delito, no sólo por falta de recursos, sino porque tienen menos posibilidades de modificar su entorno.
A nivel regional, la encuesta Paz Ciudadana – Adimark 2015 muestra que entre las ciudades que registraron mayor índice de «alto temor» está Concepción, con un 15,7%, superando a Santiago y el promedio. Esto, tomando en consideración variables como el nivel de violencia, la evolución de delincuencia en el futuro y el temor a ser víctima de asalto. Por ello es necesario que las autoridades, a nivel nacional y regional, comprendan que todo programa obtiene mejores resultados si se desarrollan planes integrales, que se adapten a la realidad local, detectando características y necesidades específicas, y que involucren siempre a la comunidad. La encuesta Paz Ciudadana -Adimark 2015 muestra que entre las ciudades que registran mayor índice de «alto temor» está Concepción con 15,7%, superando a Santiago y al promedio.