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UDD en la Prensa

Del Establishment al Commitment

 Gonzalo Jiménez
Gonzalo Jiménez Director Centro de Familias Empresarias & Empresas Familiares UDD

¿Cuál fue el origen de todo lo que está pasando a nivel de instituciones en Chile? ¿Fueron los poderosos los que se aprovecharon de una falsa ilusión de estabilidad, que a su vez minó el valor de la participación y la democracia como factores fundamentales para el desarrollo del país? ¿O fue acaso el desencanto, primero de los jóvenes y luego de la gran mayoría de los ciudadanos, lo que dejó espacios para que los «dueños del poder» mantuvieran con absoluta impunidad viejas prácticas políticas y empresariales?
No lo vamos a resolver aquí, pero de lo que sí nos podemos hacer cargo es de levantar, una vez más, la luz de alerta para advertir que el panorama, así como se avizora, no es bueno.
Los que por años estuvieron parapetados cuidando sus propios intereses y protegidos por el manto invisible que se teje con las resistentes hebras de las relaciones entre negocios, política y medios, son los que el británico Owen Dones llama El Establishment, al que define como «una serie de poderosos grupos que necesitan proteger su posición en una democracia en la que tiene derecho a votar casi toda la población adulta (…) representa el intento por parte de esos grupos de «gestionar» la democracia, de asegurarse de que ésta no amenace sus intereses» (The Establishment. O. Jones 2014).
Nuestro establishment criollo no es nuevo. La que llamamos «elite» y a la que Alberto Edwards idealizó como la fronda aristocrática (1928), siempre ha estado en el poder, incluso para liderar las revoluciones más radicales como fue la de Portales, e incluso la Unidad Popular.
Lo nuevo es que al resto, a «los otros», a los que no pueden llamar al Ministro ni al Gerente del banco directamente a su celular, se les está agotando la paciencia y ya no hay más espacio para perdonazos, cortinazos, ni el beneficio de la duda.
Hoy día, hay que actuar con responsabilidad, devolverle legitimidad al poder, transparentando las relaciones de interés entre política, negocios e influencia pública (medios), siendo estrictos en el cumplimiento de las buenas prácticas de gobierno corporativo y severos en su sanción. Esa es la única vía razonable para que la democracia siga imperando con legitimidad y que la «gestión» a la que se refiere Dones, es decir, el ejercicio del poder, genere valor compartido y un significado que haga sentido a todos. De ahí la necesidad de romper el establishment, aportando más commitment, es decir, propósito a «los otros». Perder el temor a incluir en la toma de decisión a quienes antes no estuvieron. Más mujeres, por cierto, pero también más filósofos, más intelectuales, más sociólogos y que no sea requisito ser ingeniero o abogado, ni provenir de tal o cual familia ni tampoco de una pequeña lista de universidades y colegios para estar en el directorio de una empresa, para tener un cargo público o liderar un partido político.