De molotovs e inmunidades
En el mundo universitario, tan diverso como las arenas del mar, existen errores que pueden perdonarse, otros que pueden olvidarse y otros que, incluso, es mejor ignorar. Pero hay otros, otros que esconden una tontería contra la que ni los dioses pueden…
Hace unos días, el rector de una universidad financiada con nuestros impuestos declaró casi al borde de la histeria, que Carabineros de Chile había ingresado en la casa central de su institución violando la autonomía universitaria y la ley vigente. El que al interior del recinto se hubiera producido una toma ilegal, un verdadero delito de usurpación, no parece tener importancia para el mismo. Ni la fabricación en su interior de bombas molotov ni el vandalismo que hemos apreciado en los videos difundidos en internet, en donde los estudiantes y/o combatientes emprenden valerosas acciones de violencia revolucionaria en contra de agresivos vidrios, reaccionarias puertas y fascistas instalaciones eléctricas del antiguo edificio.
Sostuvo el indicado rector que a Carabineros no le asistía ningún derecho para entrar al recinto, por más que en su interior se estuvieran cometiendo delitos flagrantes. Sería muy interesante que el rector nos pudiera enseñar, con sus profundos conocimientos jurídicos, el fundamento de sus afirmaciones.
Dígase categóricamente, la autonomía universitaria no tiene nada que ver con lo que aquí ha estado en juego, fe lo que el rector de la Universidad de Santiago ha tenido daro cuando solicitó el desalojo de las instalaciones de la universidad que dirige. al constatar que los ocupantes no estaban dispuestos a entregadas.
La autonomía universitaria consiste en la capacidad de las universidades de fijar sus propias políticas académicas y administrativas, decidir las carreras que dicta y las que no, el personal que contrata o deja de contratar. Pero no se puede confundir dicha autonomía, propia de toda persona jurídica dentro de un Estado de Derecho, con una virtual intangibilidad o inmunidad propia de una sede diplomática extranjera.
Convendría recordar que la Universidad no es ni barricada ni caja de resonancia de los agentes político sociales, que luchan por sus propios intereses. El propio y característico de la universidad es ser lugar de reflexión entre discípulos y maestros para juntos encontrar la verdad. Es lo que desde Polonia y París se ha tenido siempre claro.
Ojalá que las actuales autoridades universitarias lo recuerden para bien propio y de sus instituciones.