Hero Image

UDD en la Prensa

¿Cuándo comenzó la falta de respeto a la autoridad?

 Lesley Briceño Valencia
Lesley Briceño Valencia Coordinadora académica Ciencia Política y Políticas Públicas

Un fenómeno muy interesante y poco estudiado en nuestro país (por lo reciente del fenómeno) es la relación que se da entre la desafección política y la insatisfacción con la política los ataques a los precandidatos presidenciales durante esta semana, podrían ser entendidos sólo como una manifestación disruptiva de un grupo de la ciudadanía que no se enmarca dentro de las formas más tradicionales de violencia política (no es lo mismo poner una bomba que lanzarle huevos a un candidato).
Pero ¿cuáles son las causas más profundas de este tipo de manifestaciones que no sólo se dan en Chile, sino que son bastante comunes en muchas democracias occidentales? Cómo olvidar al reportero que lanzó un zapato al Presidente de Estados Unidos en 2008 o las marchas anticorrupción en Italia y España.
Un elemento a considerar es la desafección política, que se puede entender como el desapego de la ciudadanía, y que se manifiesta no sólo en una falta de interés en la política, sino que incluso como el desarrollo de ciertas actitudes más cínicas hacia la política. Esta desafección está acompañada de un profundo descontento con las instituciones y los actores políticos tradicionales, y que se puede manifestar en la no – part icipación electoral y en acciones políticas más v iolentas (o no tradicionales), como de las que hemos sido testigos esta semana. F,s muy probable que la clase política tienda a condenar este tipo de manifestaciones, pero también es muy importante que sepa entender el fenómeno que hay detrás de ellas; un profundo malestar con las instituciones la sensación de que «no importa cuánto participe en política de forma tradicional, las cosas no van a cambiar», un desprestigio hacia los políticos y los partidos (xilíticos, entre otros temas.
la ciudadanía se manifiesta de múltiples formas, muchas de ellas no entendidas (ni compartidas) por el Estado ni por los grupos tradicionales; pero estas manifestaciones se tienen que entender como consecuencia de temas más profundos que nos afectan a todos y que es muy probable que en períodos electorales sean mucho más comunes.