Ha fallecido Cristián Boza, reconocido arquitecto, de gran talento creativo, cultura universal y personaje reconocido por su fuerte personalidad y particulares maneras, que lo hicieron destacar en los ambientes comunicacionales y sociales en donde se desenvolvió.

En obituarios publicados a sólo horas de su fallecimiento, se destacan con toda justicia no sólo sus obras de arquitectura, sino su permanente participación en temas de contingencia urbana, culturales, gremiales, publicaciones y tantos otras.

No tuvo reparos en dar siempre una opinión fuerte y franca en todos los ámbitos en los que participaba.

En paralelo cultivó una alegría de vivir sin límites, gracias a su reconocida personalidad sociable que lo hacía estar en permanente contacto con sus amigos y colegas, siendo un catalizador de largas reuniones y tertulias en que el buen pasar y la conversación trascendente se mezclaban sin exclusiones.

El año 1993, cuando la Escuela de Arquitectura de la Universidad del Desarrollo transitaba en su tercer año desde su fundación, planteamos la necesidad que nuestros estudiantes se educaran con arquitectos de reconocido talento y trayectoria.

El primero en ser reclutado fue Cristián, seguido posteriormente de un importante número de arquitectos de renombre en cuya selección tuvo una importante participación.

Fue en este ámbito en que más lo conocimos y, si bien el listado de sus logros profesionales y culturales es enorme, es en la docencia y generoso despliegue en distintas áreas formativas en donde encontramos su mayor talento.

Su alta capacidad de motivación en temas arquitectónicos despertaba inquietudes en el alumno más indiferente, su dedicación a correcciones personalizadas, el llevar al ámbito de su taller inquietudes de la cultura contemporánea, en las que hacía participar a todos sus alumnos, desmienten la indiferencia que algunos atribuían a los jóvenes estudiantes en esa época.

Podemos, con toda justicia, decir que para nuestra Escuela de Arquitectura fue un pilar trascendente, testimonio que pueden dar los alumnos y profesores que tuvimos la fortuna de caminar con él un buen período de nuestras vidas.