Corrupción y cambios constitucionales
El informe del Consejo Anticorrupción señala la relevancia de incorporar cuestiones relativas a la formación ética y ciudadana en el programa escolar. Dice: «Si bien la formación ciudadana y moral está expresamente descrita en los objetivos de las bases curriculares y del aprendizaje esperado, en la práctica no existen las condiciones la organización y la cultura necesarias para lograrlo»(p. 90). De esta afirmación se infiere que, si no existen estas condiciones, no han existido hace tiempo.
Pese a este diagnóstico, la Presidenta Bachelet elude el punto y hace un llamado a un proceso constituyente, el cual en las últimas encuestas aparece con un importante apoyo de quienes… ¿han recibido formación cívica? Este proceso constituyente obviará la baja participación política, la desconfianza en las instituciones y, lo más importante, que muy pocos saben qué es una Constitución. No hay obviedad alguna. Quizá sea justamente este patente deterioro que vive nuestra sociedad la instancia perfecta para introducir cambios que pocos entienden y que apelando a la participación ciudadana terminen -como el informe del Consejo- en un resumen por cadena nacional.
Fortalecer un Estado cuyo carácter «democrático» no podrá ser objeto de un juicio crítico es un riesgo al que la Comisión Engel alude proponiendo «apoyar la formación de sujetos autónomos y críticos en sus diferentes grados de pensamiento» (p. 90). A mi juicio, otra manipulación para estrechar las libertades cívicas en favor de una burocracia estatal que hoy es poco transparente.