Corredor de buses, congestión y una ambulancia
Hace unos días fui a Coronel desde Concepción. Había un arreglo en la Ruta 160, por lo que la congestión vehicular era tremenda, llegaba hasta el puente Llacolén. Esto no es nada nuevo, las personas que deben transita resta ruta a diario lo tienen claro hace décadas. La reflexión que quiero hacer aquí, sin embargo, no es sobre la congestión propiamente tal, sino sobre el uso del corredor de buses actualmente en operación en Pedro Aguirre Cerda por vehículos particulares. En la desesperación por llegar a su destino, algunos choferes de vehículos particulares utilizan dicha vía exclusiva para el transporte público. En consecuencia, el corredor de buses puede llegar a estar igualmente congestionado, perdiendo completamente su propósito de priorizar, agilizar y promover el transporte público. Ese día fue particularmente triste porque había una ambulancia con la sirena funcionando, atrapada en la congestión del corredor de buses.
Creo que vale la pena detenerse en este evento puntual, los vehículos particulares circulando por el corredor de buses y la ambulancia sin poder llegar a su destino por la congestión dentro de esa vía. En mi opinión, esto refleja dos problemas fundamentales, Primero, a veces pareciera que el bien común dejó de considerarse en las decisiones cotidianas. Es evidente que esta ruta está colapsada, pero ¿en qué minuto empieza a ser normal y aceptable beneficiara unos pocos automovilistas por sobre el bien común? Las vías segregadas para transporte público apuntan a descongestionar dichas vías, lo que contribuye a reducir la emisión de contaminantes y aumentarlas velocidades de viaje del transporte público Así reduciendo la contaminación y aumentando las velocidades de viaje delos pasajeros de los buses, estos corredores contribuyen al bien común. Recordemos que un bus ‘ocupa mucho menos espacio y transporta a muchas más personas que un auto. Más aun, la ambulancia atascada ilustra no solo el problema de vida o muerte que puede significar el colapso vial, sino también o evidentemente necesario que es priorizar la circulación de ciertos vehículos por sobre otros. Todos podemos algún día esperar por esa ambulancia. ¿En qué ‘minuto se olvida que hay usos y usuarios que son prioritarios y que velar por el bien común implica tenerlos siempre presentes? Segundo, este evento puntual evidencia la necesidad de pensar, planificar y gestionar las ciudades desde la teoría y la práctica conjuntamente, Teoría y práctica son interdependientes y las buenas soluciones consideran a ambas por igual. Tal como conceptualizó Ulrich Beck (1992), “sin racionalidad social, la racionalidad científica está vacía; sin racionalidad científica, la racionalidad social es ciega”.Ojal£aquellos encargados de pensar y planificar, en la búsqueda de medidas“correctas”, consideren seriamente lo que ocurre en la práctica y lo que realmente es factible hacer. Ojalá aquellos encargados de gestionar, en la desesperación por dar soluciones rápidas, no desestimen lo que dice la teoría y la evidencia que la respalda.