Coronavirus y reos condenados
Señor Director:
En carta de ayer, Ana María Stuven y Pilar Larroulet aplauden el proyecto de ley para aplicar un indulto conmutativo a reos condenados que “están en riesgo de agravarse al contraer el covid-19 en virtud de su edad”. Solicitan ampliar el grupo anterior con aquellos criminales condenados que son mujeres embarazadas o con hijos lactantes, o que, independientemente de su sexo, tengan preexistencias, como hipertensión y diabetes. Además proponen la entrega anticipada de libertad condicional a todos y, en particular, a los que ya cuentan con el beneficio de salida diaria. Ampliando su fecunda imaginación a otros grupos de potenciales beneficiados, no sería difícil para las autoras proponer beneficiar a la totalidad de la población carcelaria del país con su puesta en libertad inmediata. Finalmente, las autoras proponen volver a permitir el uso de celulares a todos los reos condenados.
Stuven y Larroulet cometen cinco errores muy serios en sus propuestas de política pública. Primero, las justifican en estudios (no citados) que señalarían que los reos que se benefician de libertad anticipada presentarían tasas de reincidencia “muchísimo más bajas”. Pues bien, hay estudios académicos que presentan evidencia contraria (Song and Lieb, 1993; Wermink et al., 2017): la libertad anticipada (y las penas carcelarias más breves) tiene efectos estadísticamente nulos sobre las tasas futuras de reincidencia de los reos beneficiados, en comparación con los no beneficiados (y las penas carcelarias más extendidas).
Segundo, las propuestas de las autoras contradicen el principio básico de la justicia penal, que utiliza la pena carcelaria por razones de prevención general (disuasión de comisión de delitos) y de equidad, entre otras. Tercero, omiten toda preocupación o empatía por el contagio de covid-19 que pueden sufrir los gendarmes de Chile. Cuarto, no ponderan el dolor, el daño y la seguridad de los millones de víctimas de la delincuencia en Chile, de los cuales algunos pueden vivir más tranquilos, sabiendo que sus victimarios están encarcelados. Quinto, proponen devolver un arma peligrosísima a los reos condenados, para seguir delinquiendo desde las cárceles: el celular.