Confianza y reactivación: más allá de las políticas monetaria y fiscal
La evaluación del Banco Central del momento que vive la economía es muy realista. Nuestras propias estimaciones de la confianza empresarial y de los consumidores nos muestran un contexto nacional levemente pesimista, que se ha mantenido así durante todo este año. En un sentido, la buena noticia es que la marcada caída de la confianza y las expectativas que se venía experimentando desde fines de 2013 ya se habría estabilizado. Sin embargo mientras no haya cambios en dichas expectativas desde el nivel en que se encuentran, se ven limitadas las posibilidades de una recuperación más decidida de nuestra economía.
La reducción en las proyecciones de crecimiento es leve, y no constituye una verdadera materia de preocupación. Dichos ajustes están dentro de lo que se considera normal en términos de los errores estadísticos de medición y proyección de la actividad económica, por lo que la reducción del rango esperado de crecimiento para 2015 en 0,25% es verdaderamente poco relevante. Lo que sí es relevante, es que el Banco Central también constata que por el lado tanto de la política fiscal expansiva, como por el lado de la política monetaria expansiva en que se encuentra la economía no sería necesario estímulos adicionales, pues dado que la causa fundamental del bajo crecimiento se encuentra en las percepciones de los consumidores y los empresarios, éstas no son susceptibles de ser influidas por dichas políticas.
La perspectiva de inflación convergiendo hacia el centro del rango meta hacia fines de año es consistente con el momento de menor crecimiento de nuestra economía. Sin embargo, debiera ponerse una nota de cautela en guiar la tasa de política monetaria en función de una tasa de inflación que se ha visto significativamente afectada por la fuerte devaluación del peso lo cual es un aspecto circunstancial y transitorio, y no relacionado al nivel del gasto, producción y demanda agregada.
Esto implica que actualmente puede haber espacio para una reducción adicional de la tasa de interés de política, y así contribuir más decididamente a la reactivación de la economía.