Competencia en el Biobío
Ya comenzó la elección más grande de la historia del Biobío: Más de 1700 candidatos que competirán por alguno de los 272 puestos en juego, 16 partidos políticos que buscan su espacio de poder en la inédita elección de dos días que viviremos a finales de octubre. Si bien las campañas ya iniciaron, es la recta de los últimos treinta días lo que captará nuestra atención y deberíamos prestar especial atención a tres factores claves
Primero, y si bien cada una de las 33 comunas de nuestra región está en juego, son los llamados asientos vacíos los que capturan el imaginario de analistas y políticos. La competencia en Concepción y Los Ángeles, por nombrar dos casos, debe ser observada detenidamente. ¿Será suficiente el empuje de los bastiones democratacristianos y radicales para mantener el poder comunal? La incorporación del voto obligatorio por primera vez en contiendas locales podría revelar patrones únicos en la competencia política, y con uno de cada tres municipios sin incumbente, la decisión de los votantes podría abrir nuevas veredas en el comportamiento político de la región.
Segundo, y teniendo en consideración los resultados de los últimos procesos políticos en la región, deberíamos mirar con especial atención la fortaleza de los partidos de la transición contra aquellos que han surgido en el Chile post octubrista. El Biobío es uno de los campos de batalla más relevantes para aquellos que han surgido con nueva fuerza en los últimos cinco años – incluyendo al Partido Republicano, Frente Amplio y Amarillos/Demócratas – frente a los que dieron forma al sistema político chileno de las últimas décadas. En cada espacio del espectro político, la competencia del sistema de partidos se conjuga entre los bloques de la ex Concertación y el Frente Amplio, la DC y el nuevo centro político, y Chile Vamos versus Republicanos. Que decir, la elección por la gobernación regional mostrará parte de este choque generacional.
Por último, la complejidad que surge para los votantes de la región enfrentarse a la elección más grande de nuestra historia. Nunca habíamos enfrentado unos comicios con tantos candidatos, tantos niveles de elección y tanta incertidumbre de resultados. Sumado a lo anterior, las marcas de los partidos – atajos que permiten al votante navegar a través de la complejidad informativa de elecciones de gran volumen – están tan debilitadas que un 53% de los candidatos concejales son independientes y solo dos partidos llevan más militantes que no militantes en sus listas para los consejos municipales. Esta situación se repite cuando observamos la competencia por alcaldías.
En medio de un proceso de reacople del sistema de partidos, con una fragmentación que dificulta los acuerdos y el diálogo, las elecciones municipales y regionales 2024 serán una buena radiografía de la fuerza de los bloques y la salud de los partidos. Desde la mirada del votante, la decisión de entregar confianza a independientes o ser pragmáticos y entregar confianza a los representantes de partidos será fundamental y, quizás, nos permitirá tener una buena imagen de lo que vendrá para 2025. Los análisis ya están corriendo, los candidatos están recorriendo las calles y llenándonos de mensajes en redes sociales y solo falta que usted, el votante, tome su decisión.