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UDD en la Prensa

Ciclovías y urbanismo

 Pedro Arriagada Stuven
Pedro Arriagada Stuven Director Alianza Babson – UDD

Cada vez vemos más ciclistas y se ha instalado la discusión acerca de a quién pertenecen las calles, ¿automovilistas o ciclistas? Las calles pertenecen al área de bienes semi públicos, pues si bien son de propiedad pública, existe competencia por su uso y de ahí el conflicto entre automovilistas y ciclistas. Muchas municipalidades han enfrentado el conflicto a través de la construcción de ciclovías, que significa establecerlas en una parte de la calle a su costado o en un parque. Esto, además del costo que significa, valida la tesis de que ciclistas y automovilistas no pueden compartir las calles. Esta tesis está invalidada por la realidad de muchas ciudades donde las bicicletas son un medio habitual de transporte urbano. Amsterdam es muy conocida por la abundancia de ciclistas que comparten las calles. Lo anterior es posible y recomendable en la medida que exista una mínima organización y regulación aceptada, conocida y compartida por todos.
Pongo el ejemplo de una ciudad que conozco bien y donde me desplazo con frecuencia en bicicleta, Boston en EEUU. En cualquier tienda de bicicletas podrán encontrar un mapa donde se señalan las calles compartidas en las cuales solo una líneablanca y señalética marcan que dicha calle es compartida, sin más divisiones artificiales.
Obviamente no son las calles principales y de más tráfico vehicular, por lo que los ciclistas deben elegir rutas quizá más largas pero de mucho menos tráfico para desplazarse de un punto a otro. Los automovilistas respetan cuidadosamente al ciclista al transitar por esas vías, pues en cualquier accidente son asumidos como culpables, pues la bicicleta es un medio mucho más frágil de transporte.
¿Qué se requiere para que esto funcione? Que se acepte el uso compartido de las calles estipuladas para ello por cada municipalidad, que tanto ciclistas y automovilistas sean respetuosos en su uso, mucha difusión de estos circuitos para que sean aceptados y conocidos por todos, y sobre todo que se ponga el bien común por encima del bien particular. Sería un paso más para transitar hacia un país desarrollado.