ChileVamos y la elección presidencial
El gobierno de la Nueva Mayoría aprovechó la enorme popularidad de la entonces candidata Michelle Bachelet para imponer un programa de izquierda, que se basaba en el diagnóstico de que el actual modelo económico y social que ha funcionado en el país era rechazado por la mayoría de los chilenos.
Este gigantesco error de diagnóstico es el origen del fracaso de la Nueva Mayoría y su gobierno. Todas y cada una de sus reformas adolecieron de este pecado original y por lo mismo siguieron el mismo camino, el de un mayoritario rechazo.
ChileVamos debe aprender de estos errores cometidos por la izquierda chilena, sobre todo hoy, cuando enfrenta el desafío de un nuevo gobierno. Sebastián Piñera es el líder mejor posicionado en las encuestas, y de hecho, si la elección presidencial fuera este domingo, sería elegido nuevamente Presidente. Pero falta todavía más de un año para la primera vuelta presidencial, y por más auspicioso que se vea el escenario hoy, no hay espacio para errores.
La primera tentación a evitar es suponer que se puede saltar la institucionalidad. Los partidos de ChileVamos han decretado que el candidato único de la coalición sea elegido en primarias legales, con una amplia participación ciudadana. Estas primarias son doblemente necesarias, primero porque es el mejor mecanismo para evitar la tentación de algunos candidatos de ir a primera vuelta, división que pondría en riesgo la opción de ganar la elección. Pero también este mecanismo garantiza que sean los ciudadanos directamente los que eligen entre las distintas alternativas existentes para encabezar un futuro gobierno, porque hay en la centroderecha actual una diversidad que debe ser expresada y no escondida forzando acuerdos que eviten la sana competencia.
Ahora que la irrupción del ex Presidente Lagos como candidato ha desatado un frenesí en el tema candidaturas en la izquierda, es doblemente importante para ChileVamos entender que sus ritmos son distintos. Y que perder de vista que los esfuerzos deben concentrarse en la elección municipal le puede traer más costos que beneficios. La ansiedad de los candidatos no tiene un correlato en la ciudadanía. Esto explica que por más que se plantean estrategias comunicacionales, el impacto real es mínimo en las preferencias de los ciudadanos.
Esto no significa que ChileVamos deba sentarse a esperar, muy por el contrario. Tiene todavía muchas tareas pendientes que son igual o incluso más importantes que tener al mejor candidato presidencial. La falta de un programa y un discurso en sintonía con las necesidades y demandas de la ciudadanía pueden llevar a la oposición a cometer los mismos errores del gobierno. No se trata solo de cambiar un gobierno de izquierda por uno de derecha; el éxito será cambiar uno que no supo nunca escuchar ni aprender de sus errores por otro que sí sea capaz de poner el bien común por delante de cualquier interés político partidista.