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UDD en la Prensa

Brecha entre emprendedores chilenos

 José Ernesto Amoros Espinosa
José Ernesto Amoros Espinosa Director de Investigación de la Facultad de Economía y Negocios (FEN)

La reciente publicación de un estudio sobre características del emprendimiento, realizado por el Ministerio de Economía con datos de la encuesta Casen 2011, aporta mayor evidencia de dos indicadores que hemos venido estudiando desde 2003 en el Global Entrepreneurship Monitor (GEM).
Uno, la existencia de una buena parte de la dinámica emprendedora por necesidad (no hay otra opción de empleo), que claramente es protagonizada por mujeres de los quintiles de menores ingreso; dos, que existe mayor concentración de emprendedores que logran superar el «valle de la muerte» (cierre de la empresa antes de cuatro años) en el quintil superior de ingresos. Hasta aquí no hay muchas «sorpresas». En el emprendimiento hay brechas económicas y sociales. Por los datos del GEM, sabemos que el emprendimiento por necesidad ha caído de 43% del total de emprendedores en 2002 a 27% en 2011. Esto es una buena señal. En contraste, el emprendimiento por oportunidad, que busca autonomía y mayores Ingresos (mantener ingresos se considera una tercera categoría), se ha mantenido estable, incluso con una leve baja si se compara 2002, donde era un 58%, versus 2011, con un 54%. En términos relativos podemos decir que muchos emprendedores por necesidad efectivamente abandonaron sus emprendimientos, seguramente porque encontraron un buen empleo. Sin embargo, en ténninos absolutos, sigue habiendo muchos emprendedores por necesidad porque el número de mujeres y hombres que se han involucrado en alguna actividad emprendedora también ha crecido de forma muy importante, desde 15% de la población económicamente activa en 2002 a casi 24% en 2011. Este crecimiento en buena parte está explicado por mujeres y jóvenes. Entonces, el reconocimiento de este fenómeno y acciones de política pública para la potencial reducción de esta brecha siguen siendo de relevancia no sólo para disminuir el emprendimiento por necesidad, sino para que los emprendedores de los quintiles de menor ingreso puedan, a través de sus nuevos negocios, tener mayor movilidad social y contribuir al desarrollo de sus familias y, por consecuencia, impactar de fonna positiva en el desarrollo del país.