Bancos: ¿cómo estamos en casa?
En los últimos días se han estado develando detalles del escándalo por la manipulación de la tasa Libo (Libor) por uno de los más prestigiosos bancos a nivel mundial, el Barclays. ¿Cuál es el problema de los bancos, que se ven envueltos en este tipo de escándalos?
¿Qué es la Libor y cómo se determina? El problema principal de la industria bancaria es que es un negocio muy riesgoso. Si por cada $1 de patrimonio aportado por los accionistas, el banco se pudiera endeudar hasta diez veces, entonces el banco podría prestar hasta $11. Si por eventos ocasionados por una crisis financiera, el 10% de los préstamos no pudiera ser recuperado, eso significaría la pérdida inmediata de todo el patrimonio aportado por los dueños.
Los sistemas financieros necesitan precios de los activos para guiar su actuar. La tasa de interés es el precio del dinero y la Libor es una tasa de interés del dólar americano en Inglaterra. Dada la gran tradición inglesa, de más de 300 años, esta tasa estaba posicionada como un referente mundial.
Cientos de instituciones financieras en el mundo están atentas a lo que pasa con la Libor; sin embargo, su determinación no considera las transacciones efectivamente materializadas, sino que información aportada por un conjunto reducido de bancos. Es así que el banco Barclays ha reconocido que deliberadamente aportó información errónea, con lo que ayudó a que la Libor no reflejara el verdadero valor del dinero, causando que por varios años, entre 2005 y 2009, muchos agentes económicos tomaran decisiones de ahorro e inversión sin observar el verdadero precio del dinero.
¿Es posible que en Chile ocurra un problema similar con las tasas interbancarias? El sistema utilizado en Chile es electrónico, anónimo y automático, que informa las transacciones efectivas, por lo que no existe el riesgo de que ocurra lo que pasó con la Libor. Un sector financiero robusto es un activo que hay que cuidar. Siendo los bancos muy importantes en el funcionamiento del sistema financiero, hay que cuidar que el endeudamiento se mantenga en niveles razonables y que prime la transparencia en la información, tal que los agentes económicos tengan confianza de operar con ellos.