Balance y sugerencia
El crecimiento mundial en 2014 fue decepcionante en las principales regiones económicas. Europa bordeó la recesión, Japón no evitó su cuarta recesión técnica en seis años, y China, junto a la mayoría de las economías emergentes, se desaceleraron significativamente. Incluso Estados Unidos y el Reino Unido, que destacaron en su recuperación, aún crecieron por debajo de su tendencia.
En este contexto extremo adverso que se manifestó en la abrupta caída del precio del cobre y la menor inversión minera, la economía chilena sufrió además los efectos de la incertidumbre causada por la simultaneidad de las reformas que el Gobierno ha presentado en forma impulsiva y unilateral. El Banco Central reaccionó adecuadamente, bajando en forma decidida la tasa de interés. El gasto fiscal también se expandió, aunque los efectos principales se harán sentir ya bien entrado el próximo año. El resultado, entonces, será un crecimiento en 2014 que probablemente se ubicará en torno al 1,7%, muy lejano del 4,2% alcanzado en 2013, o del promedio histórico por sobre 5% anual de la última década.
Para 2015, el escenario externo anticipa aún mayores riesgos económicos. Por una parte, en importantes regiones económicas avanzadas se prevé un crecimiento económico modesto y aún no consolidado, baja inflación o deflación, y elevados y crecientes niveles de endeudamiento. La perspectiva de aumento de tasas de interés en EE.UU. durante el próximo año también generará riesgos económicos y financieros globales.
Por otra parte, las economías emergentes mantendrán su inercia en torno a bajas tasas de crecimiento, reforzadas por una significativa caída de los precios de los commodities.
En lo interno, si bien algunas de las incertidumbres asociadas a las reformas se han resuelto, se cree que durante 2015 continuarán manifestándose los efectos de la desaceleración, principalmente sobre el mercado del trabajo y la inversión. El lado positivo más claro será el estímulo a las exportaciones que implica la fuerte depreciación que ha sufrido el peso, y que probablemente se mantendrá durante el próximo año.
Mirando hacia adelante, es de esperar que las políticas macroeconómicas y estructurales que implemente o administre el Gobierno estén más alineadas con el contexto económico adverso, y se constituyan en un impulso, más que un freno, a la recuperación del crecimiento de nuestra economía en 2015
La experiencia vivida en 2014 muestra lo importante que es cuidar el ánimo y la confianza de los empresarios y los hogares, especialmente en momentos de dificultad económica global.