Análisis – Crisis y cultura
De la pandemia que enfrentamos podemos rescatar experiencias útiles para la gestión empresarial y organizacional.
En una crisis debemos identificar los elementos gestionables y los que no lo son. Por ejemplo, la forma en que el virus actúa y se reproduce no es gestionable (mientras no haya una vacuna o remedios), pero nuestras prácticas como potenciales huéspedes disponibles, sí lo son (higiene, distancia social). La infraestructura y servicios del sistema hospitalario es gestionable, aunque con un límite de capacidad.
La cultura de la población, entendida en perspectiva evolutiva cultural en tanto combinación de aceptaciones y rechazos por patrones de pertenencia, poder, orden, éxito, solidaridad e integración, no es modificable en el corto plazo, pero las prácticas cotidianas sí, ya sea por apelación a la conciencia (información de la situación), convencimiento (campañas públicas) o coacción (cuarentenas, toque de queda).
Entonces, en esta crisis no son administrables en el corto plazo la actuación del virus ni la cultura evolutiva predominante en la población; mientras que son gestionables las prácticas sanitarias cotidianas, el sistema de salud, la comunicación y las acciones de coacción.
Si bien hacerse cargo de una crisis consiste en gestionar bien lo gestionable, no porque el virus y la cultura no lo sean, debemos olvidarlos; por el contrario, deben incorporarse como elementos fundamentales de base para el diseño de la estrategia.
En los procesos de cambio (fusiones de empresas, transformación digital o incursiones en otros territorios), los éxitos son habitualmente asignados a los líderes, mientras que se transfiere a “la cultura” la responsabilidad de los fracasos, como si esta no fuera un elemento que se puede configurar evolutivamente con claridad y desde allí potenciar la capacidad adaptativa organizacional para cambiar.
La cultura no puede evolucionar en el corto plazo (sí en el mediano plazo, en empresas y organizaciones), pero olvidar su configuración es disfuncional a un buen diseño de cualquier estrategia de abordaje de una crisis o un cambio organizacional. Las componentes gestionables deben diseñarse dentro del marco de la cultura que tenemos, reconociéndola y asumiéndola, no olvidándola, y menos aún responsabilizándola cuando fallamos. Las acciones y medidas sobre lo gestionable habrán sido mal diseñadas si por efecto de la cultura predominante resultan finalmente ser ineficaces.