Alteraciones primarias del lenguaje infantil
Si bien es cierto existe una amplia gama de problemas lingüísticos infantiles, el más común hace referencia a un lenguaje verbal que surge retrasado en el tiempo y que, a vista de los padres y el entorno familiar, se caracteriza por la dificultad para entender los enunciados orales del niño.
Una de estas alteraciones es el Trastorno Específico del Lenguaje (TEL) patología muy mencionada en el ámbito educacional y que se refiere a las dificultades que presentan los niños para comprender y/o expresar el lenguaje hablado y/o escrito, en ausencia de una base orgánica.
Las principales dificultades se aprecian específicamente en tareas de reconocimiento y denominación de: el nombre de las cosas y de su relación con el mundo; de categorías gramaticales y de las funciones que cumplen dentro de las oraciones y los textos; de la claridad del lenguaje que expresamos y que otros puedan comprender lo que decimos; y de las características prácticas del lenguaje, como la entonación utilizada al expresar algo, como el mirar a quien nos habla y el saber utilizar turnos entre hablantes o mantenerse en un tema de conversación, entre otros.
Estos trastornos podrían ocasionar dificultades en el proceso de aprendizaje de la lectura y la escritura en los primeros años escolares, por lo que en Chile, desde hace varios años, un plan de integración de menores que presentan dicha alteración lingüística. Desde la enseñanza pre escolar hasta el 4° año de Enseñanza Básica, todo establecimiento estatal debiera proveer este servicio a la comunidad, y en el caso de los colegios subvencionados por el Estado, debieran hacerlo todos aquellos que lo hayan declarado en su proyecto educativo y en ambos casos, sin mediar cobro por la entrega de la prestación.
Los TEL presentan un buen pronóstico si son detectados e intervenidos en edades tempranas, es decir, a partir de los 2 o 3 años de edad. Finalmente, si su hija o hijo presenta alguna de las características descritas anteriormente, no lo dude y solicite una evaluación fonoaudiológica, ya sea en el colegio o de forma particular que pueda determinar la presencia o ausencia de éste, con el fin de comenzar una pronta intervención terapéutica, que minimice alguna futura dificultad en el aprendizaje del proceso lecto – escritor.