Alinear las Estrellas
En los días de crisis de confianza que vivimos en Chile, las instituciones del ámbito económico -públicas y privadas- no han estado a la altura del desafío. Despejado el ambiente de exaltación inicial tras el destape de los escándalos financieros recientes y mientras el Ministerio Público sigue con su trabajo los organismos llamados a reponer el orden parecen no encontrar el tono. Ni el cauce.
El Servicio de Impuestos Internos ya no está en ese sitial en que lo teníamos en Chile: una institución moderna, innovadora, a la vanguardia y con funcionarios a prueba de cualquier intento de corrupción. Hoy la duda está instalada.
La propia SVS hoy tiene al mercado absolutamente desconcertado con la inexplicable defensa del controlador de Enersis en desmedro de los minoritarios.
El escenario es entonces de desalineamiento en las principales instituciones públicas encargadas de garantizar el buen funcionamiento del modelo, provocando un aún mayor desconcierto en la ciudadanía.
En medio de este panorama errático, sigo convencido que contamos con instituciones muy valiosas, como el Banco Central, el Tribunal de Defensa de la Libre Competencia la Fiscalía Nacional Económica, el Servicio Nacional del Consumidor.
¿Qué podemos esperar de ellas? Que sean organismos serios, con la misión de aplicar y sancionar aquellas conductas que son contrarías al derecho, y que sus decisiones sigan esa sola línea. Para ello, se echa de menos un alineamiento, sostenido en una planificación estratégica clara y abierta, que les dé un sentido de misión compartido, una vez que cada una haya hecho su mea culpa sobre aquello en que falló antes. Tienen entonces nuestras instituciones una segunda oportunidad para enmendar rumbo, opción que hay que tomar ya.
Cuando estos días esperamos las iniciativas de un Ministro de Hacienda que debe llevar el peso de su liderazgo en lo económico, tomando las medidas necesarias para capear el temporal de la crisis interna y externa se requiere de otros actores, como un Ministro de Economía, que sean capaces de aglutinar a estas instituciones, ordenarlas de cara a los desafíos y complementar la tarea del jefe de la billetera.
El escenario es entonces de desalineamiento en las principales instituciones públicas encargadas de garantizar el buen funcionamiento del modelo.