Algo se ganó
Desde mi casa escribo esta columna, como muchos, confinado. Sin duda este no es el problema, de hecho, la tecnología nos permite enfrentar de una manera excepcional la pandemia del covid-19, paradójicamente, más conectados que nunca en la mayor distancia física que hayamos vivido.
Él problema, es que un alto porcentaje ‘no puede estar confinado, o si lo está, está en condiciones tremendamente precarias, y sabiendo lo expuestos en términos de salud, deben salir a trabajar.
Cuándo, cómo y dónde nos ‘encontramos’, son las claves que deberemos ir resolviendo, primero en etapas de transición y luego, seguramente, serán desafíos del diseño y la planificación de nuestras ciudades. La precisión del gobierno central, equilibrando decisiones primeramente de salud, pero atendiendo de manera oportuna el complejo escenario económico, es fundamental.
‘Tarde o temprano se irán retomando actividades,continuaremos funcionando con la salud, se está reactivando de manera presencial, y paulatina, parte importante de la economía, hasta que, quizás en 2 años más, lleguemos al encuentro social colectivo, todos necesarios en distintos tiempos y espacios.
Nuestra primera respuesta es socio-cultura, ya que,al margen dela excepcional labor de los profesionales de la salud, el ‘grueso’ de esta primera etapa no obedece a una disciplina o profesión particular; la real diferencia la hacen la empatía y el sentido común de todos nosotros, y cómo nos relacionamos con un’otro».
Pero, una vez contrarrestado el virus, seguramente se intensificarán desafíos en torno al diseño, las políticas públicas y la planificación urbana,
Ya el estallido social del 18.0″ colocaban la discusión directamente los problemas de falta de equidad, desde una vivienda mínima hasta la planificación y diseño de nuestras ciudades. Quizás, lo que la pandemia del covid-19 hace, de ‘una manera muy cruda,es materializarlo que el*18.-0″expresó.
Ciertamente, a los desafíos de falta de equidad urbana y condiciones de habitabilidad en todas las escalas y dimensiones, ahora se incorporarán con más fuerza variables medioambientales, de salubridad y hacinamiento.
Además, nuevos desafíos en torno a los equipamientos. Ya comenzaron a revivirlos*autocines’, y no como algo nostálgico de los años 40, sino que, como una respuesta de encuentro colectivo, pero protegido.
¿Cómo afectará el covid-19 a los parques y plazas, a los cines, a los equipamientos de encuentros colectivos? ¿Cómo cambiará la configuración de la vivienda con el teletrabajo? ¿Con nuevos recintos y nuevas relaciones? ¿Cómo se reconvertirán espacios de oficinas para nuevos usos silo anterior sucede?¿Cómo avanzará el diseño de las ciudades bajo el concepto de ‘smart cities’? son preguntas que aceleran algo que proyectábamos a más largo plazo. En estos últimos 7 meses nos hemos enfrentado a escenarios tremendamente complejos, que nos traen grandes desafíos, Pero creo que ya hay algo que se ganó, más allá de los necesarios desafíos a enfrentar.
Gran parte de esto se reduce a cómo nos relacionamos con un’otro’. Hemos llegado a discusiones mucho más humanas: relaciones colectivas,el encuentro social, la equidad y el derecho a expresarse,el ha: bitar, la empatía, la salud mental. Hemos sido mucho más reflexivos, nos hemos detenido, y estas reflexiones vuelven colocar a las personas, a la relación con un ‘otro»,como lo fundamental en cualquier avance de una ciudad y sobretodo de una sociedad.
Cuándo, cómo y dónde nos encontraremos, son las claves que resolver.