Filosofía y CNED: los burócratas del currículo
El Consejo Nacional de Educación (CNED) considera que la filosofía no es parte de la formación general de un estudiante de 3° y 4° medios. Que no argumente nada al respecto, que no dé razones, da cuenta del espíritu antifilosófico de sus “consejos”. Pero no solo eso. También las ciencias naturales. Abolir ambas ramas de la formación educacional me trae a colación el origen de la filosofía occidental en la figura del eminente Sócrates, quien en un juicio político fue acusado de “naturalista” por un consejo democrático, a saber, de enseñar las doctrinas del sabio Anaxágoras, frente a los cual se defiende, argumentando, que sus intereses más bien estaban orientados por cuestiones que hoy llamaríamos de ética, a saber, filosofía. Nuestro Consejo considera inútil ambas ramas del saber.
Esta mirada miope de la actividad espiritual humana se debe, a mi juicio, a la excesiva preponderancia que se le ha dado al currículo en educación. Hoy la educación se ha vuelto en todo nivel armar programas, rellenar objetivos y metas, todos grandilocuentes, con sus respectivas evaluaciones y métricas, todos instrumentos lejanos a la educación propiamente tal. Uno de sus mayores precursores es el presidente CNED, Pedro Montt, quien desde el Mineduc instaló esta mirada de burócratas de la educación.
Desde un punto de vista ideológico, estos burócratas del currículo son la antípoda de la filosofía, en la medida que sus propuestas consisten justamente en construir mordazas a la educación, por medio de planificaciones espurias, carentes de sentido común, que inhiben la creatividad y la innovación; si no, basta ver la propuesta del Mineduc de Pensamiento Crítico, totalmente alejada de la realidad del aula.
Desde un punto de vista ideológico, estos burócratas del currículo son la antípoda de la filosofía, en la medida que sus propuestas consisten justamente en construir mordazas a la educación, por medio de planificaciones espurias, carentes de sentido común, que inhiben la creatividad y la innovación; si no, basta ver la propuesta del Mineduc de Pensamiento Crítico, totalmente alejada de la realidad del aula.
La propuesta del CNED no debiera extrañarnos. En Chile existe un total desprecio por la filosofía y las ciencias básicas. Por eso, las universidades están llenas de carreras profesionales, para configurar hombres máquinas, donde llegan muchos estudiantes sin saber leer ni escribir de la Enseñanza Media. Ningún “programa” les enseña a redactar un ensayo (solo a responder alternativas modo PSU), a plantear una pregunta; y hacerlo en nivel universitario se transforma en una verdadera proeza, si además consideramos las mordazas que sufren las mismas universidades en manos de estas agencias de burócratas del currículo.
Cualquier solución al respecto, pasa por descabezar este paradigma y repensar la educación como justamente lo ha hecho la filosofía por más de dos mil años: desde su fundamento. Al final del día, su defensa es la defensa de la libertad del pensamiento frente a esta maquinaria que busca suprimirla.