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UDD en la Prensa

Oxímoron

 Daniel Contesse Strauss
Daniel Contesse Strauss Vicerrector de Innovación y Desarrollo

Oxímoron es una figura literaria que usa conceptos opuestos para crear una tercera idea. Un silencio atronador, una calma tensa o un secreto a voces, son metáforas que usamos recurrentemente. Educación gratuita podría ser otro ejemplo.
¿Puede algo como la educación, que tiene un claro costo, ser a la vez gratuita? Un perfecto oxímoron, una perfecta contradicción. Es tal la potencia del mensaje y la conveniencia política de la consigna «educación gratuita para todos» que se hace difícil contradecirla. ¿Quién no quisiera que la educación fuera efectivamente gratis?
¿Quién puede ser tan desalmado como para negarse a transformar algo tan costoso en algo gratis? Pero puesto en lenguaje de economía, lamentablemente los recursos son escasos. Hemos estado por harto tiempo discutiendo sobre cómo repartirnos la riqueza y creando la ilusión de derechos sociales gratuitos. Ha bastado simplemente ponerse de acuerdo y por un acto de magia (también llamado legislativo) hemos transformado algo caro en gratis de un día para otro.
¿Recuerda las promesas de la alquimia? Pero nos encontramos ahora con la realidad y el oxímoron pierde todo su romanticismo metafórico y se transforma simplemente en una contradicción irresoluble. Sólo dos ejemplos de estos últimos días que reflejan lo anterior: la disminución en el presupuesto de ciencia y el no aumento de la asignación para educación escolar. ¿Por qué pasó esto? Muy simple, y todos los sabemos, la alquimia no existe. La educación se podrá plantear como un derecho social, pero sostener que se trata de algo gratuito, es simplemente descabellado.
Debemos aprovechar la coyuntura de la discusión presupuestaria, particularmente en educación escolar y ciencia, para reflexionar sobre nuestras discusiones y decisiones pasadas. Pasó el tiempo de la novela y nos toca enfrentar ahora la realidad. Estamos ahora todos enojados con las decisiones sobre ciencia y educación escolar, pero no nos damos cuenta que son consecuencias de decisiones irresponsables anteriores.
Juego de suma cero, recursos escasos, prioridad política; use el término que quiera, cuando los políticos quedan a cargo de repartir los recursos escasos, terminan pasando cosas de la vida real. Lamentablemente la realidad no se suspende por un mero acto de voluntad popular y una ley. No, lamentablemente la vida no es tan sencilla y lo que en una buena novela llamamos elegantemente como un oxímoron y celebramos por su estética literaria, en la vida real se trata ni más ni menos que de un simple imposible, de una falta de lógica; en definitiva, de una falta de rigor y una injustificable irresponsabilidad social