La DC, ¿qué sigue?
El proceso por el que está pasando la DC aparentemente está viendo la luz. La decisión de Goic condicionada a la no postulación de Rincón así lo mostrarían. No obstante, parece que el tema sigue a propósito de la defensa legal que posiblemente iniciaría Rincón. Luego de judicializarse el tema, las cosas no se ven muy claras.
Rincón se transformó en la manzana de la discordia en un proceso que lleva ya un año (agosto de 2016). A pesar de que la Junta Nacional ratificó dicha repostulación, lo concreto es que la disputa lejos de cerrarse se reproduce y continúa. Hasta ahora sistemáticamente el objetivo de sacar de escena a Rincón ha sufrido derrota tras derrota en distintas instancias del PDC, tanto a nivel local (la junta regional de O’Higgins) como nacional (la última Junta Nacional y el Tribunal Supremo). Hoy, al parecer, Goic da su batalla final.
Puso sobre la mesa su candidatura en un contexto en que, después de todo, las posibilidades de llevar a cabo otra Junta Nacional no existían y los espacios de negociación de cupos con la NM son estrechos como para permitir un acuerdo parlamentario, a pesar de que electoralmente beneficia a todos los partidos por el aporte de votos de la DC. Más aún, si las declaraciones del marido de Goic constituyeron una excusa a quienes querían de una vez por todas bajar su candidatura, la renuncia de Espejo y sus declaraciones («quienes traicionaron a su propio partido no pueden gobernar») vinieron a gatillar otras dimensiones del conflicto. En este sentido, si bien hasta ahora Rincón había podido sortear todos los obstáculos, la verdad es que el escenario se ve oscuro para él, las presiones no solo vinieron del entorno de Goic sino del partido en su conjunto.
Por otra parte, el que la bancada ponga sus cargos a disposición, si bien podía interpretarse como una señal de sentida ofensa por los dichos dirigidos hacia ellos, también podría leerse como una forma de alejarse de Rincón y de lo que significa comunicacionalmente el que se los vea como apoyándolo. Luego, como están las cosas y la estrechez de los tiempos, el daño a Rincón pareciera que está internalizado, no solo respecto de los electores DC sino también de otros. De hecho, no es descabellado pensar que sus posibles contrincantes usen el tema en su contra en una eventual (casi improbable) posibilidad de participar en la campaña. Pero, ¿no será ésta una victoria pírrica de Goic?
El daño causado a la campaña, al menos en trasparentar los disensos en torno a ésta son relativamente evidentes, pero también en términos de afectar las motivaciones y ánimos. ¿Es esto un cierre o un capítulo más? ¿Vendrán más cuestionamientos? Al ver en perspectiva el tema cabe preguntarse si se trataba de un tópico de la agenda de Goic, legítimo y noble por cierto, pero que no era mayoritariamente compartido. En consecuencia, lo que sigue no parece haberse cerrado