Libertad y calidad
Los últimos años han sido de gran incertidumbre para el sistema de educación superior en Chile. Primero, por el apresuramiento y falta de reflexión con que se han tomado las decisiones, sin escuchar ni considerar a expertos y actores relevantes.
En segundo lugar, por los graves errores cometidos, siendo el más evidente la improvisada implementación de la gratuidad por la vía de una glosa presupuestaria, que ya está siendo padecida por las universidades que se acogieron a ella, al convertirse en víctimas de promesas incumplidas y de la estrechez financiera.
En este contexto, son varias las instituciones que no estuvimos dispuestas a sacrificar la autonomía de nuestros proyectos educativos ni la independencia para tomar decisiones. Sin duda, esa decisión ha tenido costos muy concretos.
En 2016, fuimos despojados del 50% del Aporte Fiscal Indirecto (AFI), obtenido legítimamente por atraer a buenos alumnos y, todo indica que en 2017 perderemos el otro 50% de estos recursos.
Ante los sistemáticos ataques a las universidades privadas chilenas, provenientes de sectores profundamente ideologizados, nuestra respuesta siempre ha sido mostrar los logros alcanzados y el aporte que hemos realizado al desarrollo del país, del que estamos ciertamente orgullosos. No hay que olvidar que el actual sistema permitió no solo aumentar la cobertura de la educación superior en forma exponencial, llevándonos a ser la envidia de toda América Latina y mejorando la calidad de vida de cientos de miles de chilenos, sino que también permitió desarrollar un sistema diverso, con instituciones independientes y proyectos con sello propio. Hoy estamos convencidos del acierto de las decisiones que hemos tomado.
Hace unas semanas, la calidad académica de la Universidad del Desarrollo fue respaldada por la decisión de la Comisión Nacional de Acreditación (CNA) de otorgarnos 5 años de acreditación, incluyendo por primera vez el área electiva de investigación.
Esto constituye una importante noticia no solo para nosotros, sino para la Región del Biobío, donde nació nuestra universidad, ya que esta certificación ratifica que somos parte del selecto grupo de universidades complejas, es decir, aquellas que aportan investigación científica de calidad y altamente competitiva, que genera verdadero impacto en la sociedad. A 27 años de haber tomado la decisión de fundar esta universidad en la ciudad de Concepción, estamos orgullosos del aporte que hemos hecho al país y a la Región.
En este contexto, son varias las instituciones que no estuvimos dispuestas a sacrificar la autonomía de nuestros proyectos educativos ni la independencia para tomar decisiones.