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UDD en la Prensa

El error consecutivo de la CEP

¿Sabía Ud. que la Ley 19.300 Sobre Bases Generales del Medioambiente define “Medioambiente” como “el sistema global constituido por elementos naturales y artificiales de naturaleza física, química o biológica, socioculturales y sus interacciones, en permanente modificación por la acción humana o natural y que rige y condiciona la existencia y desarrollo de la vida en sus múltiples manifestaciones”? ¿Es en esta definición en la cual estaba pensando quien diseñó la encuesta? Quién diseñó la encuesta, ¿estaba pensando en esto al preguntar a una población que tampoco conoce este concepto? ¿Pensó el que diseñó la encuesta, que al situar el concepto de Medioambiente en comparación con las otros elementos “socioculturales”, dejaba al concepto homologable a naturaleza y animalitos?
Este tema no es un tema semántico. Desde las disciplinas que trabajan en Análisis de Riesgos, una de las discusiones más interesantes se relaciona con la percepción del riesgo frente a distintas amenazas y que es precisamente hacia donde apunta la pregunta del CEP, pero comparando peras con manzanas. Para que Ud. sepa, el “Paradigma Psicométrico” en análisis de riesgo busca comprender la diferencia entre lo que se percibe de riesgo frente a diferentes amenazas en términos de impacto o beneficio individual o a nivel social. Un ejemplo, una pistola cargada es una amenaza que se percibe con grandes riesgos a nivel individual – peligro de muerte inmediato -, en contraposición a una recesión económica, terremoto o pandemia por VIH que pudiera generar a nivel social.
Este paradigma ya ha sido estudiado a nivel de riesgos en Chile por los investigadores Nicolás Bronfman y Luis Cifuentes. En el año 2003 publicaron cómo es la percepción de riesgos en Santiago para 54 tipo de “amenazas” vía una encuesta a más de 500 residentes. En promedio, los individuos se percibieron a si mismos menos expuestos a riesgos cuando mayor conocimiento poseían de la amenaza en si; es decir, si se conoce se puede tener control. Complementariamente, aquellas amenazas de mayor preocupación fueron aquellas generadoras de impactos personales directos por sobre riesgos sociales; es decir, un sesgo a valorar o preocuparse más por aquello que nos afecta individualmente que a nivel de grupo o como sociedad. Esto es coherente con la creencia de poder controlar aquello que me es más cercano en contraposición con amenazas que no puedo controlar. Otro resultado interesante fueron las expectativas en el mejoramiento de la regulación para aquellas amenazas que no podemos controlar, como la contaminación, dada la no satisfacción con la normativa y actual legislación relativa a aquellas.
Lo interesante, es que nuestra población percibe los riesgos como lo haría cualquier ser humano en sí, siendo esperable que indistintamente la cultura exista un sesgo a preocuparse más por amenazas que desconozco, no controlo y que producen catastroficidad a nivel individual; y en segundo lugar a aquellas con impactos sociales. Teniendo estos resultados a la vista, ¿Qué sentido tendría preguntar sobre lo cual será obvio su resultado, como sería comparar “Salud” vs “Medioambiente”?.
Los resultados de Bronfman muestran que estamos dispuestos a aceptar mayores riesgos de amenazas cuando mayor sea el beneficio personal percibido; es decir, estamos dispuestos a aceptar riesgos cuando mas conozco los beneficios de correrlos. Así, se podría inferir que las reformas en temas o amenazas que nos afectan directamente, como la salud, educación o criminalidad, reciban grandes apoyos porque nos impactan individualmente y con mayores riesgos de ser catastróficas en los personal. Ahora bien, esta aceptación no es gratis, sino que dependen de la “Confianza social”, en algo, alguien o en el Estado, estando dispuestos a correr mayores riesgos cuando mas confío en el regulador. Esto es lo mismo que cuando un niño salta a los brazos de su padre confiando en que este lo atrapará. Si esto fue lo que le pasó a la actual administración, la desconfianza en las capacidades del regulador (sistema político) es coherente con que la población no quiera o no esté de acuerdo con más reformas…es mucho el riesgo.
Estos resultados también muestran que amenazas con impactos altamente inaceptables percibidas con ningún beneficio social o personal no sean aceptadas; explicando el incremento a la oposición a megaproyectos que impactan al entorno, pero con beneficios privados. Lo interesante es que tal sensibilidad a nivel de Santiago se podría explicar dado los índices de calidad del aire como a la segregación socio ambiental que existe en la capital. En este contexto, para quienes viven en guetos urbanos, su “medioambiente” se limita a su entorno, en el cual el individuo no ve “naturaleza” sino que percibe inequidad de acceso a vivienda y transporte de calidad, educación y altas tasas de violencia y criminalidad. Por lo tanto, el riesgo ambiental para un ciudadano es la segregación territorial a la cual se encuentran expuesto (ej, barrios industriales y población).
Estos son los argumentos por la cual poner en la pregunta de la encuesta del CEP conceptos con beneficios sociales como medioambiente, derechos humanos o sistema judicial siempre quedarán desplazados frente a otras amenazas, influyendo a sacar conclusiones erradas, y por lo tanto, forzando el termino a un ámbito reduccionaista sin sentido cuando la evidencia muestra precisamente lo contrario. Así, la pregunta de la encuesta CEP termina por mezclar “peras con manzanas”, en donde los temas de delincuencia, salud y educación obviamente son percibidos como de mayor preocupación dado su impacto directo, catastrófico y de inequidad que terminan profundizando la brecha de pobreza. Es más, tales amenazas convergen en pobreza y drogas; mientras que mucho mas abajo converge con inflación, sueldos y desigualdad; todas preocupaciones con impactos más sociales que individuales.
¿No deberán entender quienes diseñan la encuesta CEP que las primera variables corresponden al concepto ambiental que los individuos perciben en su entorno, y que medioambiente lo reducen a naturaleza cuando acorde a nuestra ley su concepto es mas amplio? ¿No tendrá que ver que el mejoramiento del entorno o medioambiente cercano a las personas, se relacione con mejoramiento de la calidad de vida y que incluye el mejoramiento de servicios públicos relacionados a educación, consultorios, plazas, espacios para el deporte, ciclo vías, entre otros?. Lamentablemente, dada la influencia de la encuesta, los resultados nuevamente han reducido el concepto de medioambiente a una amenaza lejana, reduccionista y ligada al ámbito físico, no comprendiéndose por qué entonces la gente quiere mas energías renovables, mas espacios abiertos, mas plazas o mejores ciudades; una pregunta que puede guiar incluso a quienes propondrán el próximo programa para una nueva administración. ¿No estaremos leyendo mal las encuestas? Dejo la pregunta abierta.

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