Terrorismo en Francia y Europa
El atentado del pasado martes 26 de julio en Francia pone de manifiesto, de forma inmediata, la intuición del presidente Hollande quien declaraba después del atentado en Niza que su país tendría que acostumbrarse a vivir con la amenaza del terrorismo. Las declaraciones parecen ser coincidentes con lo que ha experimentado el continente especialmente desde 2014, pero me parece relevante contextualizar el desarrollo de la amenaza terrorista para Francia en particular y para Europa en general aludiendo a dos factores poco mencionados.
Primero, de acuerdo al Consorcio Internacional del Estudio del Terrorismo, los atentados en el país galo han, de hecho, disminuido en comparación con lo que experimenta Francia hacia fines de los setenta y comienzos de los ochenta, cuando la amenaza producida por grupos como la Organisation Armée Secrèt (OAS), grupos como Abu Nidal o los armenios de ASALA representaban un problema mayúsculo para el gobierno de la época. Esto marca claramente parte de la mecánica del terror y que es provocar una reverberación psicológica tendiente a amplificar el grado de inseguridad subjetivo de la propia población.
Segundo, si uno toma como punto de orientación el año 2006 y lo extiende hasta el 2015, se puede concluir que el 70% de los atentados que experimenta Europa en ese período son realizados por los llamados lobos solitarios. Lo que puede resultar sorprendente, sin embargo, es que solamente un 20% de ellos se realizan por sujetos asociados a la religión del islam, siendo la mayoría de los ataques de lobos solitarios atentados cometidos por individuos ligados a grupos de extrema derecha, neo-nazis u organizaciones xenófobas. Desde el año 2000 en adelante, las víctimas de terrorismo en Europa Occidental representan sólo 0.5% del total de víctimas a nivel mundial.
Es cierto que la amenaza terrorista en Europa es grave y debe tomarse con seriedad, pero el objetivo de organizaciones como el Estado Islámico es configurar, más bien, un escenario de pánico y terror incidiendo en la percepción de seguridad de las poblaciones europeas. Y están teniendo éxito.
