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UDD en la Prensa

Rol del Tribunal Constitucional

 José A. Riquelme
José A. Riquelme Académico Facultad de Derecho

Hay al menos dos razones para valorar el fallo del Tribunal Constitucional (TC). Primero, porque en momentos en que hay una crisis de confianza política y ausencia de liderazgos, el TC rompe la tendencia y levanta la voz ante lo que estima correcto, aun con el riesgo de recibir críticas, como las que hemos visto durante los últimos días.
Recordemos que en la presidencia anterior de la Cámara de Diputados, a principios de año se declaró admisible un proyecto de ley para anular la Ley de Pesca, algo totalmente aberrante. Como dijo el diputado Pepe Auth, así empieza el camino del debilitamiento de las instituciones. En esa ocasión, no hubo coraje para tomar la decisión correcta. En cambio, el Tribunal actuó de frente a la ciudadanía.
La segunda razón es lo que significa declarar inconstitucional un proyecto. Que se declare contrario a la Carta Magna significa que la norma afecta la esencia de un derecho fundamental. En este caso, hay una norma que a juicio de los expertos atenta contra la libertad de afiliarse a un sindicato, sin otra razón más que la voluntad del trabajador y no de algún grupo de presión.
No porque el Congreso haya aprobado un texto como ley significa que tiene un certificado de constitucionalidad. ¿A tales niveles de soberbia han llegado algunos legisladores, que se piensan infalibles? ¿Acaso no tenemos en nuestra historia leyes injustas? ¿Alguien recuerda que la mujer casada en sociedad conyugal era tratada por la ley como una adolescente? Hasta hace un tiempo había hijos ilegítimos en Chile, y ambas ideas estaban contenidas en una ley aprobada por un Congreso.
¿Quién nos cuida de leyes injustas, contrarias a nuestros derechos fundamentales? En Chile, y en la mayoría de los países con democracias constitucionales, una institución independiente de los cambios políticos, conocida como Tribunal Constitucional. Cuando éste además ejerce su rol sin importarle el qué dirán, tenemos más de dos razones para estar contentos.

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