Anulación Ley de Pesca
Con la presentación del proyecto de ley que busca anular la Ley de Pesca, la bancada de diputados del Partido Comunista generó tres efectos. Primero, demostró que no le interesa defender el Estado de Derecho, porque no le importa la democracia. En todo régimen democrático la separación de funciones de poderes del Estado es un mínimo. El proyecto pretende que el Poder Legislativo haga algo que le corresponde a los Tribunales de Justicia, saltándose no solo la institucionalidad, sino que toda noción de gobierno constitucional moderno.
Segundo, manifestó que la asesoría externa, en este caso jurídica, es urgente en la bancada comunista. Aun cuando dicha bancada la compone un abogado, un administrador de la Escuela de Ciencias Políticas y Administrativas de la Universidad de Chile y un sociólogo, las carencias técnicas del proyecto son básicas. Ningún abogado debería prestar apoyo a una tan mala técnica legislativa de fondo y forma. Si el proyecto fue presentado a sabiendas del error, se refuerza el primer punto.
Por último, se volvió evidente que hay políticos no dispuestos a ser impopulares aun cuando deban actuar en contra de la legislación vigente. La mesa que preside el diputado Núñez debió declarar inadmisible el proyecto por las razones antes señaladas. Sin embargo, se hizo una interpretación tramposa, que fue criticada por diputados de todos los sectores (desde el PPD hasta la UDI) y traspasó los eventuales costos políticos a las comisiones de Constitución, Legislación y Justicia y de Pesca, para que éstas se pronuncien sobre la admisibilidad de la iniciativa.
Esta razón es la más grave. Se puede esperar que un partido con una ideología totalitaria presente un proyecto con el contenido que conocimos, pero la ciudadanía debe esperar que sus autoridades actúen conforme a la ley y resguarden las normas que nos permiten vivir en sociedad, de lo contrario, tarde o temprano se impondrán los primeros.