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UDD en la Prensa

Excelencia vs gratuidad

 Federico Valdés Lafontaine
Federico Valdés Lafontaine Rector

El miércoles 23 de diciembre, la Presidenta de la República, Michelle Bachelet, promulgó la Ley Corta de Educación Superior, que permitió que más de 178 mil estudiantes de los 5 quintiles más vulnerables se beneficiaran con gratuidad. Ad portas del proceso de admisión 2016, el ingreso de 30 universidades al sistema (4 privadas) generó un ambiente de desinformación en los alumnos, y de incertidumbre, especialmente en aquellas universidades que decidieron no adherir a la gratuidad.
Las razones de las instituciones que no ingresaron al sistema de gratuidad fueron muchas, fundamentalmente, la necesidad de mantener intactos sus proyectos educativos, lejos de la injerencia del Estado, y la firme convicción de que la gratuidad es una mala política pública, basada en falsos supuestos y sin ningún énfasis en la calidad, lo que tarde o temprano traerá consecuencias negativas. Sin embargo, a pesar de los pronósticos poco alentadores, los resultados de las 4 universidades privadas pertenecientes al G8 que dijeron no a la gratuidad (Universidad del Desarrollo, U.de los Andes, U.Adolfo Ibáñez y U. Andrés Bello), sobrepasaron todas las expectativas y confirmaron que las preferencias de los jóvenes, incluso los más vulnerables, priman por sobre las directrices que se pretenden imponer centralmente.
Ha quedado demostrado que la vocación por la excelencia y el trabajo bien hecho es más fuerte que la voluntad de un Gobierno. 40 mil alumnos postularon a estas 4 universidades privadas y no es casualidad. Los resultados son el fruto del trabajo de muchos profesionales que han dedicado gran parte de su vida a abrir nuevos caminos a miles de jóvenes que, de otra forma, no tendrían oportunidad de hacer sus sueños realidad. Sin duda, las universidades privadas han contribuido a la diversidad del sistema y a la inclusión social. Lejano a las caricaturas y los estereotipos, la realidad es que hoy el 25% de los egresados de colegios municipales y un 55% de particulares subvencionados las eligen, por lo que ellas acogen a un gran número de jóvenes profesionales de alta vulnerabilidad.
La calidad de sus procesos académicos y formativos también ha sido reconocida. Es así como las universidades del G8 obtienen en promedio 5 años de acreditación, mientras las estatales del Cruch, solo 4,4. Asimismo, estas 8 instituciones son las que tienen más alumnos en programas de postítulos o posgrados, indicando una clara preferencia por sobre las universidades estatales o privadas del Cruch.
Es por todo esto que tras décadas de contribuir al desarrollo de Chile, formando profesionales de excelencia en todas las áreas, hoy podemos reafirmar nuestra vocación. Porque no solo las cifras avalan nuestra trayectoria, sino también la confianza y el compromiso incondicional de todas las familias que hoy nos han dado su preferencia.