Universidad y futuro
Bloomberg publicó recientemente su Índice de Innovación 2016, que ranquea los 50 países más innovadores del mundo. ¿Y Chile? … vuelve a no estar. Cualquier medición es por definición reduccionista, sin embargo, nos ayuda, como en el caso de esta columna, a levantar un punto. La innovación y el emprendimiento deberían ser los temas centrales de discusión en el país, pero lamentablemente no lo son. ¿Cómo preparamos a Chile para ser un país más emprendedor, más innovador, que son sin duda las claves del progreso? La universidad tiene mucho que decir.
En Chile las universidades no están diseñadas para generar innovación ni emprendimiento. No están siendo suficientemente desafiadas en esto y siguen tranquilas haciendo lo mismo que en el pasado. No tensionan lo suficiente a sus profesores, investigadores y alumnos para que innoven y emprendan, no generan los incentivos ni las señales necesarias. La discusión sobre educación superior fuera de Chile, en los países desarrollados, versa sobre el siglo XXI y los desafíos que nos depara. Innovación y emprendimiento son elementos centrales. La revolución digital, los procesos de enseñanza, la innovación metodológica, la incorporación de las tecnologías, la conexión universidad-industria, la investigación con impacto, la interdisciplina, la globalización y el desarrollo de propósito entre los alumnos, son sólo algunos de los elementos que las universidades del futuro están trabajando. ¿Se parece todo esto a la discusión sobre universidad en Chile? La universidad debe jugar un rol estelar en este desafío en el siglo XXI, pero en Chile no lo estamos haciendo ni discutiendo.
Un reciente artículo publicado en el New York Times a fines de diciembre, reporteaba cómo las universidades en Estados Unidos están enfrentando el desafío de incorporar la innovación y el emprendimiento dentro de la lógica universitaria y cómo éstas están optando con decisión por dar más espacio a alumnos y profesores interesados en esto, a través de programas e infraestructura dedicada. Ya no es algo auxiliar y de nicho; es parte cada vez más central de la propuesta educativa. Las universidades están rompiendo paradigmas y entendiendo rápidamente que la universidad del siglo XXI debe ser muy distinta a la del siglo pasado. En la Universidad del Desarrollo queremos ayudar a empujar este debate, logrando que la conversación verse sobre estos desafíos. Estamos probando nuevas maneras de enseñar, cuestionando los viejos paradigmas, incorporando tendencias mundiales, tomando riesgo.
¿Qué tan distinta es la experiencia de los actuales alumnos universitarios, respecto de la que nos tocó vivir a los que estudiamos hace una década o más? En Chile la respuesta espanta; sigue todo igual. Mientras no cambiemos el eje de la discusión y no tomemos con liderazgo la tarea de pensar en los desafíos del mañana y discutamos sobre cómo la universidad juega su rol en esto, seguiremos pegados en una discusión del siglo XX; seguiremos fuera de los países más innovadores.