Chile y la conferencia sobre cambio climático
A pesar de los atentados terroristas, se realiza en París la «COP 21», vigésima primera conferencia de las partes de la Convención sobre Cambio Climático suscrita en 1992. El objetivo fundamental es negociar un nuevo acuerdo que pueda reemplazar al fallido Protocolo de Kyoto y se pretende consensuar un acuerdo legalmente vinculante y global respecto al cambio climático.
Este acuerdo incluiría los mecanismos necesarios para mantener la temperatura del planeta por debajo del límite de los 2° Celcius con respecto a los niveles pre industriales, reduciendo la emisión de gases de efecto invernadero (GEI) a partir del año 2020 y podría ser manifestación de una nueva gobernanza en el mundo y a lo mejor de una nueva visión del modelo de desarrollo económico mundial.
A pesar de que Chile solo contribuye con el 0,26% de las emisiones de GEI, el cambio climático para nuestro país es una realidad y lo hemos experimentado con sequías, inundaciones y otros fenómenos climáticos; de otra parte, conceptualmente, Chile es un territorio altamente vulnerable a los efectos del cambio climático y cumple con 7 de los 9 indicadores geográficos identificados en la Convención sobre Cambio Climático.
Es entonces de gran importancia que nuestro país mantenga una posición firme en esta materia, impulsando el conocido principio de las responsabilidades comunes- ya que es un tema global- pero diferenciadas- de acuerdo a las respectivas capacidades de cada nación y debe luchar por que los acuerdos que surjan en esta conferencia sean vinculantes y obligatorios para todas las partes del convenio.
La contribución que Chile plantea para mitigar los efectos del cambio climático es la reducción en un 30% de las emisiones de GEI al 2030 con respecto del nivel existente en el año 2007 y además la recuperación y manejo sustentable de 100.000 hectáreas de bosques y la forestación de otras 100.000 hectáreas de bosques fundamentalmente, bosque nativo.
Estas medidas parecen ser insuficientes para lograr una verdadera reducción de los GEI y paliar los efectos que en especial para Chile representa el cambio climático, por lo que estos compromisos en nuestro país deben estar acompañados de una normativa obligatoria y específica, que reúna en un solo texto legal todas las políticas, planes de acción e instituciones que puedan ser necesarias para cumplir con nuestros objetivos sobre la materia.