Autora: Cyhthia Urr, Fonoaudiología UDD.

Los Trastornos del Espectro Autista (TEA) son trastornos del neurodesarrollo complejos y variables que afectan la interacción social y comunicación caracterizándose por patrones repetitivos y estereotipados de comportamiento e intereses.
En nuestro país al 2011, se estimó una cantidad aproximada de 2156 de niños con diagnóstico de TEA, afectando principalmente a la población masculina en una proporción de 4:1 respecto a la femenina.
Recientes noticias dan cuenta de las posibles causas de los TEA, derribando mitos como el efecto de las vacunas en su origen, pero este tópico está lejos aún de ser resuelto.
Lo importante es que hay señales evidentes de alarma que los padres y cuidadores pueden conocer a fin de detectar tempranamente la presencia de alteraciones en la comunicación del niño y que pueden estar indicando desviaciones en el desarrollo.
En cuanto a la comunicación es posible identificar: Ausencia de lenguaje en las edades esperadas, formas peculiares de hablar como las ecolalias (repetir las palabras, propagandas, etc) hablar en tercera persona, prosodia de monitos animados (el niño quiere eso, en vez de «yo» quiero eso), etc. Sin embargo hay señales más tempranas que son posibles de identificar en el seguimiento del neurodesarrollo de cada niño.
En general se describen las siguientes conductas: No sonríe, suele no mirar a los ojos, pareciera que prefiere jugar solo, no se interesa por relacionarse con otros niños, no responde a sus nombre, parece oír algunas cosas y otras no.
Ha dejado de ocupar palabras que antes ocupaba, ausencia de la capacidad de señalar o indicar lo que el niño quiere, no sigue instrucciones simples en el hogar, repite las cosas una y otra vez, no responden a la expresión facial de las personas, falta de iniciativa en las actividades, uso inusual de objetos, por ejemplo, alinear objetos o bien no sabe jugar con los juguetes.
La presencia de una de estas conductas comunicativas en forma aislada no significa que el niño tenga autismo, pero sí es importante que los padres estén atentos a ellas y consulten ante las dudas.
En la Fonoaudiología, la identificación temprana y la intervención precoz de las alteraciones de la comunicación a edades tempranas en los niños con TEA, ofrece en la mayoría de los casos un mejor pronóstico. Esto, porque toda actividad en la vida del niño, pasa por el uso del lenguaje; que es el vehículo del pensamiento.
De esta forma, estimular el lenguaje produce tal impacto en otras áreas del desarrollo que permite potenciar el rendimiento del niño en todas las áreas de su vida.