El horizonte político
Mientras en el oficialismo se profundizan los roces producto de la discusión de políticas públicas, cuatro partidos de la oposición comienzan ha articularse como un nuevo bloque político para Chile. En términos normativos ésta es una buena noticia para un alicaído sistema político, pues las actuales democracias modernas poseen como requisito fundamental la existencia de un bloque opositor con capacidad de debatir políticas públicas y controlar el actuar del gobierno. De esta forma, la incorporación del PRI y Evopoli al antiguo pacto de la UDI y RN construye la mayor coalición de centro derecha de los últimos veinte años. Aún a la espera de lo que podrían realizar otros grupos, como Amplitud.
Este aumento trae, por definición una serie de desafíos que tendrán que saber manejar los agentes. Por una parte, es lógico pensar que las fuerzas electorales tradicionales de mayor envergadura – RN y UDI – buscarán mantener su posición relativa de poder, el mayor número de candidatos a presentar y una suerte de superioridad en el control de los temas a tratar y políticas a proponer.
Al mismo tiempo, Evopoli buscara encontrar su espacio electoral tras su constitución como partido y generación de plataformas regionales. Sus miembros deben estar conscientes de la oportunidad que les genera el nuevo sistema electoral y del momento bisagra que serán las elecciones de 2016 y 2017 para su futura consolidación o muerte.
En la misma línea anterior, el PRI hace un giro estratégico en la forma en como se había comportado desde su creación. Esto podría responder a la necesidad de establecer lazos para sobrevivir, y también a integrar un cuerpo electoral que le permita poseer mejores oportunidades de representación local y parlamentaria Sin perjuicio de ello, este grupo amplia la cobertura ideológica de la antigua alianza, aumentando – hipotéticamente – el radio electoral de la coalición de centro derecha.
Dejando de lado el tamaño cuantitativo de cada miembro, queda aún la duda de cómo se configurara ideológicamente este bloque. La historia política de Chile trae notables ejemplos de construcción de pactos que simplemente buscan maximizar el número de votos para conseguir el poder sin embargo la situación social y la conexión entre la ciudadanía y la política no aguantaría un modelo de esta naturaleza. Cualquiera sea el camino, el horizonte de la nueva centro derecha tendrá su punto crítico en los próximos dos años.