Convivencia escolar y resultados académicos
Manuela Mendoza y Fernanda del Pozo responden a mi carta afirmado que mi posición niega el rigor científico de determinar relaciones causales en ciencias sociales. Seguramente me expresé mal. Lo que afirmé es que pretender considerar como evidencia únicamente hipótesis que son probadas en términos causales y desechar la abundante literatura que muestra la correlación existente entre clima escolar y rendimiento académico es una sutileza metodológica, y falta de sentido común. Ahora, para que esos estudios sean posibles son necesarias evaluaciones y datos, que en Chile escasean si nos comparamos con países desarrollados.
En ningún momento he sostenido que no sea necesario revisar el Simce, o tomar precauciones para que no se vuelva la finalidad de la educación; pero otra cosa es en pretender hacer ciencia sin datos. Lo mismo en el caso del Simce de convivencia. Si bien es un instrumento perfectible, es un avance contar con encuestas de percepción sobre dimensiones que antes no eran tratadas, más aún si existe correlación entre quienes reportan mejores ambientes de respeto, compromiso de los padres y convivencia, y los rendimientos de los niños encuestados. Esto nos permite comparar y ver quién hace bien su trabajo.
Como padre tengo derecho a saber cuál es el resultado del proceso académico en el que está mi hijo. En este contexto, un argumento fácil es tachar al otro de conservador, cuando no lo es. Por lo mismo dudo que el secretario de la Agencia de Calidad quien afirmó que la convivencia es un factor que incide en las mejoras en rendimiento, sea, como sugieren las investigadoras, un ideólogo conservador por el hecho de valorar los resultados del Simce.