Nueva oportunidad del canal estatal
La Nueva Mayoría llegó al gobierno con un apoyo abrumador, logrado gracias a un proyecto que pretende hacer transformaciones de fondo y que Chile pedía a gritos. La reforma tributaria, la educación pública y de calidad, y el cambio constitucional, apuntan a crear un país más equitativo. En ese mismo contexto recuperar el verdadero rol público de TVN sería un gran paso y un gran legado para la inspiración reformadora de la Nueva Mayoría.
La oportunidad no es nueva. Con el retorno de la democracia, TVN se manifestó como un canal con genuina vocación de liderazgo comunicacional y cultural en el amplio sentido. Esto no sólo por la creación de contenidos 100% culturales-artísticos, como el «Show de los libros», sino también por producciones de alta calidad valor y también rating, como «El Mirador», «Los Patiperros» y otros.
De eso no queda mucho. Y fueron las propias administraciones de la Concertación las que terminaron abandonando esos proyectos, para centrarse en competir económicamente con los canales privados, creando mayoritariamente contenidos de bajo costo y alta rentabilidad (realities, programas de concursos, etc).
Ricardo Solari, nuevo presidente del directorio de TVN, tiene la palabra. Es el momento de evitar la tentación —por algunos enarbolada— de utilizar alguna de las nuevas señales que recibirá TVN con la llegada de la televisión digital, como una especie de «vertedero» de los programas culturales, para así marcar «cumplido» en la casilla de la misión canal. En cambio, es la oportunidad de levantar la señal abierta de TVN como una voz potente de televisión realmente pública desde sus estatutos y financiamiento, capaz de crear contenidos plurales, participativos y exigentes que ayuden a la ciudadanía a tener nuevos conocimientos, a tomar mejores decisiones y a elevar sus estándares de vida.
TVN debería ser el correlato de las profundas transformaciones que la Nueva Mayoría está encabezando con el nuevo gobierno de Bachelet. Al igual que en la educación, Chile merece una televisión pública donde la calidad y el rating no sean incompatibles como lo demuestran cadenas cable como HBO, y como lo hizo la propia TVN con «Cuentos Chilenos» y otros.
Si TVN optara por desarrollar un canal cultural como señal aparte, éste debería nacer desde su ADN, con una fuerza e inspiración renovadora de la televisión chilena. Un canal con agallas, con potente línea editorial y presupuesto, que podría encaminarse a dejar su huella en la historia de las transformaciones que recién comienzan.