Mujer: tu fuerza es Chile
Nadie puede quedar indiferente frente a lo ocurrido en el Norte de nuestro país. Particularmente, los que vivimos la fatídica experiencia del 27/F no podemos sino recordar los acontecimientos y la verdad que se nos recoge el corazón.
¿Por dónde empezar? ¿Qué es lo prioritario? ¿Cómo se atiende la emergencia? ¿Cómo se lleva a cabo la reconstrucción? Estas y muchas más, son las interrogantes que surgen frente a un panorama desolador. A partir de esas preguntas se debe comenzar a actuar, a trabajar y a normalizar la situación.
El caso fortuito produce obviamente destrucción material, cortes de camino, interrupción de los suministros básicos, suspensión y postergación de actividades y una serie de consecuencias más.
En todo este proceso no surge de inmediato la atención al impacto emocional, que el acontecimiento produce en las familias, en especial en las mujeres, niños y personas adultas mayores.
Aunque a muchos les pueda parecer irrelevante, la verdad que es un aspecto que no se puede dejar de considerar, en el corto plazo. La contención, la escucha el acompañamiento y apoyo directo los mujeres, en este tipo de catástrofe es fundamental si lo que queremos es poder avanzar y retomar la normalidad.
Es relevante por la conformación de los hogares en nuestro país. Como sabemos, casi el 50% de los hogares tienen a la cabeza una jefa de hogar, son ellas las que deben dar tranquilidad a todos los que tienen a su cargo, deben soportar la carga emocional, y muchas veces deben reinventarse para sostener económicamente los hogares y sacar adelante a sus hijos(as).
La experiencia del 27/F así como tantos otros desastres naturales, corroboran lo anterior. Las investigaciones, estudios y datos nos permiten concluir que los desastres refuerzan y aumentan las desigualdades de género, y consecuentemente las brechas entre hombres y mujeres. Así ha quedado demostrado a lo largo de la historia con la ocurrencia de huracanes, tornados, inundaciones y terremotos. Pese a esto, son pocos los países que han podido demostrar avances en la incorporación de género en la Reducción del Riesgo de Desastre. Un porcentaje menor, un poco más del 20% de los países ha podido incorporar esta variante para Re ducir los Riesgos de Desastres. A mayor abundamiento, y de acuerdo a los estudios del Pnud, en lo que respecta al marco normativo sólo 8 países mencionan en sus políticas nacionales de Gestión del Riesgo de Desastre el tema de del género y lo hacen como un eje transversal.
Teniendo en consideración lo anterior y asumiendo que en nuestro país la naturaleza cada cierto tiempo nos coloca a prueba, nos parece necesario considerar en el enfoque y en las medidas que se adoptan para superar la emergencia, la especial atención en las mujeres. De esa manera impediremos el aumento de las brechas, convertiremos una situación negativa en una oportunidad, y avanzaremos hacia una verdadera sociedad de derechos y oportunidades entre hombres y mujeres.