Nuevo presidente de la Corte Suprema
El ministro Sergio Muñoz fue elegido por sus pares como presidente de la Corte Suprema, siendo la persona más joven que ha dirigido dicho órgano. Esto nos debe llevar a reflexionar acerca de los desafíos futuros del Poder Judicial.
El ministro Muñoz es reconocido por poseer importantes virtudes y, también, por algunas críticas que se han formulado con ocasión de algunas sentencias redactadas por él. Por una parte, el ministro es considerado como un juez estudioso, inteligente y trabajador. Por otro lado, muchas de sus sentencias han sido calificadas de activistas, ya que anteponen sus personales concepciones morales antes que la aplicación estricta de reglas legales. En el libro Activismo judicial en Chile (donde fui coautor junto al profesor José Francisco García), dimos a conocer varios de estos casos. Algunos de ellos han tenido repercusiones sociales importantes, como ha ocurrido en materia energética y ambiental, donde se ha visto a una Corte Suprema enfrentada con el gobierno del Presidente Piñera. Algo similar ha ocurrido en algunas sentencias que fallan contra las isapres bajo razonamientos que demuestran un juicio general al sistema de salud, más que a los méritos de los casos concretos.
Como presidente de la Corte Suprema, el juez Muñoz tendrá más trabajo administrativo y protocolar que propiamente judicial, por lo que probablemente tendrá menos influencia en procesos particulares. Si a ello se suma que su presidencia operará primordialmente bajo el gobierno de la Presidenta Bachelet -la que probablemente cambiará el rumbo político en materias sensibles, como la ambiental-, es posible que de ser un ministro generalmente asociado a la controversia política, el juez Muñoz se transforme en un líder prudente y representativo de las distintas visiones existentes al interior de la Corte Suprema.
Ello se refuerza si se considera que la elección unánime de Muñoz por parte de la Corte no es una señal política, sino sólo el respeto por una larga tradición (pocas veces interrumpida) de preferir el criterio de la antigüedad en la elección. El propio Muñoz ha dado muestras positivas: ha declarado ser contrario a los cuoteos políticos y favorable a la consideración de los méritos en los nombramientos judiciales. Es de esperar que esta perspectiva oriente la función del nuevo presidente de la Corte Suprema, el que deberá mantenerse juicioso en sus declaraciones, respetuoso de la carrera judicial y ecuánime con aquellos jueces que no comparten su filosofía judicial.
El juez Muñoz ha declarado que los ministros de la Corte Suprema deben representar de mejor forma la soberanía popular. Ello se debe hacer mediante el respeto por las normas jurídicas dictadas por órganos con legitimidad democrática, la lejanía con el proselitismo político, la imparcialidad frente a controversias judiciales y la eficacia en los tiempos de respuesta y en el acceso a la justicia. Los desafíos del Poder Judicial también comprenden otros elementos, como seguir profundizando su transparencia agilizando y modernizando sus procesos, y revisando el sistema de evaluación y calificación judicial.