Desafiar los paradigmas
Tengo la suerte de ser tutor en un curso del programa dLab de iCubo de la Universidad del Desarrollo, donde alumnos de Diseño Ingeniería y Negocios trabajan desarrollando soluciones innovadoras para problemas que enfrentan distintas empresas. El objetivo es lograr una innovación radical mediante el trabajo multidisciplinario de estas tres especialidades cambiando las reglas tradicionales de enseñanza. En el curso buscamos que las tres disciplinas participen de igual a igual combinando habilidades y conocimientos en todo momento y no creando tareas o trabajos dedicados según especialidad.
Si bien conceptualmente puede sonar atractivo, cuesta romper los paradigmas chilenos (los diseñadores dibujan, los ingenieros calculan y los comerciales hacen planes de negocios). En una de las primeras reuniones de este año nuestro cliente les pidió «unos logos» a las diseñadores y «una optimización logística» a los ingenieros. Parece ser que nuestras habilidades están limitadas por nuestro cartón o título somos lo que estudiamos y no lo que queremos ser. Lo segundo que resulta complejo es abrir a las compañías a explorar más allá de lo que creen que necesitan. Gran parte de los desafíos planteados tiene relación con un problema específico, sin embargo, cuando ahondamos en la necesidad y empezamos a explorar el contexto en el que ocurre, nos damos cuenta de que el problema es mucho más sistémico y tiene otras implicancias (y otras oportunidades). Una de las mayores dificultades para innovar radica en la capacidad de desafiar los paradigmas tradicionales. No cuestionamos las normas impuestas por las personas o el mercado, pues las vemos como reglas invisibles que no podemos cambiar.
Hasta que alguien lo hace (como Cumplo.cl, que intermedia préstamos entre personas naturales sin pasar por un banco).
Hacia allá apunta nuestra meta; cambiar la educación desde la simple enseñanza de conocimiento hacia la formación para el trabajo interdisciplinario que genere innovación y nuevas formas de ver las cosas.
