Oportunidades en la Punta de los Ojos
En una reciente experiencia de entrenamiento en innovación, con un grupo de ejecutivos de distintas empresas y países, partimos al aeropuerto de San Francisco, en Estados Unidos, con el único fin de observar. Ese sería nuestro punto de partida y único input para tres días de entrenamiento en diseño e innovación. Y resultó.
Eramos al menos 60 personas repartidas en distintas locaciones del aeropuerto observando en grupos pequeños todo lo que pasaba a nuestro alrededor. Nosotros reparamos en un padre y su hijo. Se veían nerviosos, acarreaban unas grandes maletas, ya habían salido de policía internacional. Necesitaban ir al baño, pero también necesitaban cuidar de sus maletas. El padre miró hacia todos lados, dubitativo. Luego habló con su hijo, de unos 10 años. Entró al baño solo. Al rato salió, y el niño, que cuidaba el carro con maletas, entró al baño. Esta vez, el padre se quedó cuidando las maletas.
Nervioso. Cuando salió el niño, la felicidad y alivio de ambos al reencontrarse fue total. Lamentablemente, el aeropuerto, quizás uno de los lugares con mayores estándares de seguridad en el mundo, había empujado a este padre a elegir entre sus maletas o su hijo.
A partir de una simple observación pudimos generar mucha información que convertimos en insights y luego en ideas de solución. Finalmente construimos un prototipo que pudimos mostrar a las autoridades del aeropuerto. Todo a partir de una observación de no más de 30 minutos. ¿Cuántas oportunidades para innovar e impactar positivamente en las vidas de las personas nos perdemos al no observar a nuestro alrededor con mayor atención?