Educar para emprender
Los resultados dados a conocer en el Reporte Global Entrepreneurship Monitor (GEM) de la Región del Bío Bío 2011-2012, muestran interesantes luces del estado del emprendimiento en esta región y su comparación con el resto del país.
En primer lugar, el estudio elaborado en conjunto por la Universidad del Desarrollo y la Universidad Católica de la Santísima Concepción señala que la actividad emprendedora en las etapas iniciales en la región creció un 27°/o respecto del período anterior, lo que se explica fundamentalmente por la creciente participación de jóvenes y mujeres.
Más del 48% de los emprendimientos en etapas iniciales están siendo liderados por jóvenes entre 18 y 34 años, porcentaje que para Chile asciende a 46,4%.
Sin duda, estos datos constituyen una buena noticia para la región porque la existencia de emprendedores es un activo muy valioso para su crecimiento. Sin embargo, hay otra cifras que llaman profundamente la atención y que deben considerarse a la hora de apoyar poli ticas que impulsen el desarrollo del emprendimiento en esta zona. Si bien en los últimos años se han realizado esfuerzos para mejorar las condiciones para llevar a ca bo un emprendimiento, existen claras brechas en comparación a otras regiones del pa ís. Por ejemplo, en la Región se estimó que 52% de las personas creían que había oportunidades de negocio, sin embargo, en regiones como Atacama o Antofagasta esta percepción asciende a más del 8o%.
Por otro lado, como el mismo reporte indica, factores como la educación para el emprendimiento y la transferencia de 1+D también siguen constituyendo una gran barrera para un mejor desarrollo del ecosistema emprendedor regional. Esto es una señal de aler ta sobre todo si consideramos que son los jóvenes los mas entusiastas a la hora de crear un emprendimiento- Respecto a la educación, cabe mencionar que la falencia se encuentra fundamentalmente en la primaria y secundaria.
Los especialistas aseguran que el emprendedor no nace, si no que se hace. Emprender es una actitud que se puede aprender desde temprana edad y para ello es fundamental que los profesores puedan transmitirles a sus alumnos las herramientas para poder desarrollar estas habilidades.
Hoy, el que exista tal cantidad de jóvenes con este espíritu emprendedor tiene que ver con el impulso que se les está dando fundamentalmente en las universidades, las que se han transformado en verdaderos semilleros de emprendedores. Sin embargo, también está el hecho de que son principalmente los programas ofrecidos dentro de facultades o escuelas de negocios las que tiene una mejor evaluación, lo que demuestra que otras áreas de conocimiento tienen un gran potencial para desarrollar este espíritu entre su alumnos.
Si queremos tener capital humano de excelencia en nuestra región y en el país entero, es necesario reforzar en cantidad y calidad la formación educacional para el emprendimiento.