Algunos números sobre la creatividad
De acuerdo con varios estudios de la OCDE y otras entidades, la creatividad es una de las habilidades más demandadas por el mercado laboral para el futuro. La capacidad de generar (e implementar) soluciones creativas e innovadoras frente a problemas parece ser LA demanda del siglo XXI. A pesar de todo, esto parece quedar en un discurso y no en un problema que se pretenda estudiar y solucionar.
Según el State of Create Study de Adobe, 80% de los encuestados cree que la creatividad es el elemento clave para el crecimiento económico (todos convencidos de su importancia). Pero si buscamos en el buscador ISI Web of Knowledge los términos «creatividad y marketing» se obtienen 850 libros y artículos, comparados con los 89.500 que se obtienen al buscar «marketing y análisis». Se estudia y se mide poco, por ello la creatividad se gestiona poco: un 80% asegura que la capacidad creativa no tiene límites (o sea es un recurso potencialmente ilimitado) y una de cada cuatro perso- El autor es director innovación FEN Universidad del Desarrollo.
ñas asegura que no vive al límite de sus posibilidades queriendo ser más creativas (hay demanda por el tema). Aun así, la principal traba para ser más creativo no es la falta de conocimiento, herramientas o espacios, sino simplemente tiempo (47% considera que la falta de tiempo es el mayor problema para crear). Luego, somos más creativos en la casa (31% del tiempo) que en el trabajo (25% del tiempo), porque mientras estamos trabajando se nos presiona con ser productivos (¿y eso no es ser creativos?). Y si creemos que las redes sociales u otras herramientas web son un factor determinante, sólo 11% cree que juegan un rol gravitante (ya sabe, mucho más barato y simple una cartulina, plumones y post-its para generar ideas). Ser creativo sigue asociado a la idea de jugar o perder el tiempo. En una increíble charla TED, Isabel Bhenke nos demuestra cómo el juego juega un rol clave para la solución de problemas, la interacción social y resolver conflictos en los bonobos. Si ellos se toman su tiempo para jugar, ¿por qué no pensar que nosotros deberíamos regalarnos algo de ese tiempo en las oficinas para ser más creativos?