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UDD en la Prensa

Interpretaciones «silly putty»

 Eugenio Guzmán Astete
Eugenio Guzmán Astete Facultad de Gobierno, Facultad de Educación (I)

Hace ya muchos años se puso de moda un juguete muy entretenido, que consistía en una goma o masilla que entre sus propiedades estaba la de hacer toda suerte de figuras y formas de manera mucho más estable que la plastilina. A semejanza de este juguete, muchas personas pueden verse tentadas a interpretar los resultados de la última encuesta CEP de igual manera, y estirar los antecedentes que ella nos provee y extraer conclusiones e incluso predicciones equívocas y erradas particularmente en el caso de las preferencias electorales y la intención de voto.
Para entender el alcance de lo mencionado más arriba es indispensable analizar en mayor profundidad lo que muestran los datos de la encuesta y compararlos con otras para períodos similares. Así, en primer lugar, frente a la pregunta sobre «¿quién le gustaría que fuera el próximo Presidentes de Chile?», el 53% señala a Bachelet: casi cinco veces más que el candidato que le sigue con mayor adhesión, Golborne (11%). No obstante, ¿es dicho dato una predicción razonable? La verdad es que no. Por ejemplo, en junio de 1998, en igual pregunta, Ricardo Lagos se presentaba con una no despreciable ventaja de 34% versus 11% de Lavín, y el resultado En junio de 1998, Ricardo Lagos se presentaba con una no despreciable ventaja de 34% versus el 11% de Lavín; sin embargo, el resultado final de primera vuelta fue prácticamente un empate». Ciertamente el contexto actual es distinto: en dicha oportunidad Lavín era candidato único y no tuvo que imponerse por primarias.
Sin ir más lejos, frente a la misma pregunta, Piñera aventajaba a Frei por 5 votos contra uno en diciembre de 2008, y ni Enríquez-Ominami ni Arrate estaban incluidos en el cuestionario de la encuesta. El resultado de la elección de primera vuelta fue significativamente distinto, y Frei, a pesar de todo obtuvo una votación del 29% (Piñera logró 44%) y en segunda vuelta llegó al 48,4%.
Un segundo dato lo encontramos en el siguiente ejercicio: al recalcular la votación de Bachelet en la última CEP extrayendo a los que declaran «no sabe y no responde» debiéramos concluir que el 73% la prefiere a cualquier candidato. Ciertamente, éste es un dato apabullante; algo semejante ocurrió en el caso de Lavín-Lagos. ¿Significa esto que la base de votación de la Alianza es del 27%? La verdad es que cuesta creerlo e imaginarlo.
¿Qué podríamos concluir de esto, entonces? En primer lugar, no cabe duda de que las explicaciones simples siempre son bienvenidas; sin embargo, tratándose de política y encuestas, los resultados tienen una alta variación a través del tiempo. Los escenarios cambian significativamente y, por lo tanto, la información no es muy reveladora de lo que sucederá.
Segundo, a estas alturas, aunque el escenario no se encuentra saturado de nombres, sí son muchas las opciones. Por lo pronto, en la Alianza no hay un candidato único, y en la Concertación es posible que, conforme pase el tiempo, la primaria se restrinja a una contienda entre el candidato democratacristiano y la ex presidenta, y sea mucho mayor la tentación de probar en primera vuelta.
Tercero, el escenario presidencial está truncado. La estrategia del silencio, de esquivar a la prensa, de no emitir juicios, y de no involucrarse en ningún acontecimiento nacional, le ha permitido a Bachelet mantener una altísima evaluación positiva y altas preferencias electorales. Esta situación impide el despegue completo de la carrera presidencial al punto que, de seguir así las cosas, sus primeras palabras las tendremos el día de la primaria, en junio.
Finalmente, si algo mostró la CEP, es que un porcentaje no menor de las personas declara que votó, en circunstancias que no lo hizo. Ello permite diversas interpretaciones pero lo cierto es que a estas alturas, y después de la elección municipal, seguirá siendo uno de los aspectos claves para la próxima presidencial. De cualquier modo, lo concreto es que el escenario actual tendrá una serie de modificaciones en los próximos meses. Sin embargo, mientras no exista candidato real en la Concertación, difícilmente se activará al electorado.