Buen año, pero no tanto como 2012
Todo indica que la economía se expandirá un 5,5% durante el 2012. Esto tiene diversas causas, algunas de ellas vinculadas a una mayor creación de empresas y empleos, al aumento de la inversión y la productividad, a una inflación moderada, entre otras. En sintonía con lo anterior, el desempleo alcanzó un mínimo histórico, lo que permitió hablar de pleno empleo en muchas regiones del país.
Ahora bien, aunque Europa está en recesión y Estados Unidos experimenta apenas una reactivación débil y hay varias economías emergentes que han debido moderar su paso, Chile seguirá siendo una excepción durante el próximo año. De hecho, el Banco Central ha estimado un crecimiento de la actividad que se ubicará en un rango entre 1,25 y 5,25% para el próximo año.
Las perspectivas macroeconómicas para Chile y el resto del mundo plantean algunas interrogantes respecto de la evolución del empleo y desempleo para ese período.
Con el fin de proyectar el desempleo se requiere plantear algunos supuestos. Por un lado, se debe suponer una elasticidad cmpleo-producto de 0,3 y 0.6 para el 2012 y 2013, respectivamente. Por otro lado, se asume un crecimiento de la fuerza de trabajo de 2,8% y 3,6% para los mismos períodos.
Con todo, la tasa de desempleo a nivel nacional se ubicará en un 6,0% durante este año y un 7,0% para el próximo. Este guarismo tendrá como siempre una importante heterogeneidad regional. Por un lado, la Región de Aysén registraría un desempleo de 3,2%, mientras que la del Bío Bío alcanzaría un 9,1% en 2013. Desde el punto de vista de los grupos etáreos, se proyecta como siempre una mayor incidencia del desempleo en los más jóvenes. En efecto, el grupo de 15 a 19 años presentaría un desempleo de 22%, mientras que el de 20 a 24 años sería de 15,2%, cifra tres veces superior al grupo de 10 a 44 años.
Tenemos alguna certeza de que la situación de la economía mundial ayudaría poco o nada a la economía chilena durante el 2013. Esto generará una desaceleración gradual de la actividad económica y creación de empleos, lo que se traducirá en un aumento de un punto porcentual en el desempleo nacional.
A la luz de estas proyecciones, esta es una buena oportunidad para avanzar en la identificación y disminución de potenciales rigideces reales en el mercado del trabajo. Así. por ejemplo, la falta de respuesta de los salarios al ciclo económico. Esta dinámica intensifica los electos negativos de los shocks que han afectado la economía sobre el empleo. La alta indexación salarial es, en cierta medida, responsable de ello y por tanto, una menor indexación salarial permitiría un ajuste menos costoso del empleo.