Incertidumbre del crecimiento
Las últimas acciones del Banco Central Europeo han llevado a un alza en las expectativas de los agentes económicos del mundo. En ese sentido nuestro país se encuentra en un muy buen pie para recibir los flujos de dinero que no quieren quedarse en economías como las europeas, especialmente de la periferia En ese sentido podemos dar ciertas garantías de respeto de los derechos de propiedad y cierta confianza en un buen manejo macroeconómico.
Pero debemos tener mucho cuidado en el manejo inflacionario y las presiones que EEUU ha impuesto al mundo y en especial a economías como la nuestra Como el país del norte tiene una política económica u Itra expansiva donde ha aumentado en 2 trillones de dólares la base monetaria desde que comenzó la crisis, tratando de depreciando su moneda respecto a las nuestras, nos ha «obligado» a financiar su crecimiento mediante el consumo de sus productos haciéndonos menos competitivos con el mundo, fomentando sus exportaciones y apreciando nuestras monedas y nuestros activos-La evidencia muestra una burbuja inmobiliaria en Brasil y una muy incipiente en Chile, lo cual pone una alerta que hay que tener en cuenta Muchos países han tratado de pelear esta «cjuerra de monedas» donde los países afectados tratan de combatirle a EE.UU. su política pero sin muchos resultados en el largo plazo.
Brasil ha puesto una serie de restricciones al flujo de capitales extranjeros, pero hecha la regla hecha la trampa, y los inversionistas se las arreglan para saltar todos estos controles de capital. Si a esto le agregamos el reconocimiento de un mercado cambiario con flotación sucia podemos asegurar que su objetivo ya no es tasa de interés sino que también tipo de cambio, lo cual puede ir en sentidos contrarios.
Perú lleva meses interviniendo el mercado cambiario sin ningún efecto en el tipo de cambio real, llenando sus bóvedas de dólares.
Australia llevaba 2 meses interviniendo el mercado cambiario sin haberle dicho a nadie, sin muchos efectos sostenibles en el tiempo.
Quizás esta es una de las razones del por qué nuestro Banco Central no ha intervenido. No tiene ningún efecto positivo, en el largo plazo pelear con el país que tiene la «máquina de hacer dólares».
Las buenas noticias vienen desde China donde, a pesar de una ralentización de su economía, la perspectiva es que su demanda de cobre seguirá en un relativo buen pie.
Al final del día para mantener una economía sana y seguir creciendo a tasas relativamente importantes, es necesario que la política fiscal apoye la buena labor hecha hasta ahora del Banco Central.