«Los subsidios benefician a los operadores y no a los pasajeros»
No entregar un subsidio permanente al Transantiago es dar una solución «parche» a una política pública que comenzó mal desde su diseño y significaría postergar alternativas de largo plazo que apunten a mejoras sustanciales en la calidad del transporte público.
Si bien es cierto que Transantiago ha logrado reducir la congestión y brinda un servicio razonable su principal problema es su gran déficit operacional y el fracaso en ofrecer una alternativa atractiva a los automovilistas. La evidencia no es favorable con los subsidios. Todo lo contrario: los subsidios terminan beneficiando a los operadores y no a los pasajeros y no logran atraer a usuarios de autos. Algunos de los sistemas de transporte subsidiados a que se hace referencia funcionan bien, han desincentivado el uso del automóvil y sus usuarios están satisfechos. Esto dista mucho del Transantiago. No es la existencia de subsidios lo que hace que un sistema funcione bien.
Una de las razones para la aplicación de un subsidio podría ser que para familias de escasos recursos pagar una tarifa que financie el costo del sistema podría ser muy oneroso. Sin embargo esto no justifica un subsidio masivo a todo el transporte público, sería preferible focalizar dichos recursos.